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Discurso de Gabriel Boric
(Ajusta lead. Bien: «no consiga»)
Waldheim García Montoya
Sao Paulo, 18 dic (EFE).- La salida del ministro brasileño de Hacienda, Joaquim Levy, a pesar de que ya era esperada, despertó hoy señales de preocupación en un mercado temeroso a que el sucesor en el comando del equipo económico del Gobierno, Nelson Barbosa, no consiga implementar las medidas de ajuste fiscal.
Levy renunció hoy a su cargo, confirmando los rumores que se arrastraron durante algunas semanas y agitaron al mercado brasileño de capitales, y en su lugar la presidenta Dilma Rousseff designó a Barbosa, de perfil más político que técnico.
Con la salida de Levy, el nombre preferido del mercado, el índice Ibovespa de la bolsa de Sao Paulo perdió hoy un 2,98 %, un desplome de casi el 3,0 % y que de acuerdo con analistas puede prolongarse por la desconfianza que genera en algunos sectores la conducción de las políticas económicas por parte de Barbosa.
Proveniente del sector bancario privado, Levy ocupó la titularidad del Tesoro Nacional y asumió en enero pasado la cartera de Hacienda con el objetivo de liderar un polémico ajuste fiscal para enderezar las maltrechas cuentas públicas.
No obstante, a pesar del agrado del mercado con su nombramiento, el proyecto liderado por Levy ha tenido dificultades para avanzar en un Congreso fragmentado incluso entre la base aliada.
El paquete de medidas incluyen una fuerte reducción del gasto público y el aumento de la recaudación por la vía tributaria.
La aprobación de ese ajuste era una de las condiciones de las agencias de calificación de riesgo para mantener a Brasil su grado de inversión, pero el sello de buen pagador fue retirado esta misma semana ante la paralización de las negociaciones en el Congreso.
El Legislativo está centrado en los trámites para iniciar el juicio político con fines de destitución contra Rousseff, acusada de maquillar el informe de cuentas públicas.
La economista Lucía Andrade, de la Pontificia Universidad Católica (PUC) de Sao Paulo, comentó a Efe que la salida de Levy «es pésima para el país y los mercados, pero era una cosa esperada».
El analista de mercados de capitales Rafael Maraba dijo por su parte que «Levy estaba solo y aún así demostró su coherencia» y calificó el nombramiento de Barbosa como una «victoria» del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), que pretende un ajuste «menos severo para agradar políticamente a sus brazos sociales».
Ambos analistas coincidieron en que la salida de Levy y la llegada de Barbosa al comando de la política económica brasileña no será «bien vista» en el escenario externo, al que Levy «impregnaba confianza» en medio de la difícil situación del país.
Brasil terminará, según economistas consultados semanalmente por el Banco Central, con una contracción del producto interior bruto (PIB) del 3,62 %, una inflación que doblará ampliamente la meta fiscal del 4,5 % y superará el 6,5 % del techo máximo.
Andrade, además, aseveró que en medio de la crisis política que enfrenta Rousseff, agravada con los escándalos de corrupción en la petrolera estatal Petrobras, «cualquiera que esté al frente del equipo económico tendrá poco éxito y si el nombramiento de Barbosa no empeora las expectativas económicas tampoco las mejora».
La salida de Levy fue presionada también por algunos movimientos sociales que apoyan a Rousseff y son contrarios al juicio político contra la mandataria, pero que exigían cambios en la política económica.
El coordinador del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST), Guilherme Boulos, divulgó en las redes sociales un mensaje en video celebrando la salida de Levy, a quien acusó de «agravar» la crisis económica «empujándola contra los más pobres».
La oposición, por su parte, recordó que Barbosa como ministro de Planificación -cargo que entregará formalmente el lunes- es uno de los responsables de la elaboración de un informe contable rechazado por el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) y que dio pie al proceso de apertura o no de un juicio político contra Rousseff.
El nuevo ministro reafirmó en una rueda de prensa después de su nombramiento el compromiso del Gobierno con las medidas de ajuste como «prioridad» y único camino para alcanzar el «equilibrio fiscal».