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Discurso de Gabriel Boric
Río de Janeiro, 18 ago (EFE).- El oficialista Partido de los Trabajares (PT), la formación de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, pidió hoy a sus militantes que refuercen las marchas a favor del Gobierno convocadas para el próximo jueves por sindicatos y movimientos sociales.
El partido que gobierna Brasil hace trece años, liderado por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, aprovechó la propaganda política que tiene derecho a transmitir hoy en red nacional de radio y televisión para pedir que sus militantes también salgan a las calles.
Las manifestaciones en favor de Rousseff, convocadas principalmente por la Central Única de los Trabajadores (CUT), mayor unión sindical del país y vinculada históricamente al PT, buscan contrarrestar las protestas contra el Gobierno que movilizaron el pasado domingo a cerca de 900.000 personas en unas 205 ciudades.
«Llegó la hora de ir a las calles para defender los derechos laboristas, las conquistas sociales de los últimos años y, por encima de todo, para defender nuestra democracia», decía el mensaje transmitido por el PT.
Por eso, agregó el locutor del mensaje, «súmate a la movilización nacional que, este jueves, unirá movimientos sociales, partidos políticos, centrales sindicales y todos los que creen que Brasil es mayor que cualquier crisis. Participe y fortalezca nuestra democracia».
Además de algunos partidos de izquierda y centrales sindicales, las protestas del jueves son promovidas por organizaciones como el Movimiento de los Sin Tierra y el Movimiento de los Sin Techo.
Pese a su intención de manifestar apoyo a Rousseff, estos grupos han dejado claro que también se pronunciarán contra el ajuste fiscal impulsado por el Gobierno, contra la actual política económica y contra las reformas de corte liberal para superar la crisis propuestas por el Senado y que ganaron un espaldarazo del Ejecutivo.
«Es un acto por los derechos, contra la derecha y de defensa de la clase trabajadora. Llegó la hora de pasar la página, acabar con esa tercera vuelta (de las elecciones presidenciales) y minar completamente el deseo de golpe de quien perdió las últimas elecciones», afirmó el presidente de la CUT, Vagnner Freitas.
En la convocatoria divulgada por la central sindical, Freitas apuntó que los organizadores de las movilizaciones del jueves quieren «reunir a las personas que no se sienten representadas por movilizaciones que evocan el odio, la intolerancia y la división».
Freitas hizo alusión a grupos minoritarios que aprovecharon las manifestaciones del domingo para defender un golpe militar en Brasil, la exclusión del PT de la política, nuevas elecciones presidenciales o que el Congreso abra un juicio político con fines de destitución contra Rousseff.
Las protestas del pasado domingo, convocadas por grupos opositores ajenos a la política formal, no consiguieron la misma movilización que otras dos jornadas de manifestaciones realizadas este año y que llegaron a congregar a 2,5 millones de personas en 250 ciudades.
Brasil atraviesa un momento de turbulencias políticas derivadas en buena medida de los escándalos de corrupción en la estatal Petrobras, que han agravado el descontento de la población con el Gobierno y derrumbado a un 8 % la popularidad de Rousseff.
Además de una crisis política, el país también enfrenta una grave crisis económica.
De acuerdo con las últimas proyecciones de los analistas, la economía brasileña sufrirá una contracción de cerca del 2,0 % en 2015 y del 0,15 % en 2016, lo que configura una recesión, que ya es sentida por la población, que enfrenta la mayor inflación del país en los últimos doce años y una tasa creciente de desempleo.