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Discurso de Gabriel Boric
Brasilia, 30 jul (EFE).- La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, recibió hoy a los gobernadores de los 27 estados del país, a los que instó a colaborar con la disciplina fiscal y la contención del gasto público a fin de que la economía del país retome el rumbo del crecimiento.
Al comenzar la reunión, celebrada en el Palacio de la Alvorada, residencia oficial de la Presidencia, Rousseff afirmó que el ajuste fiscal impuesto por su Gobierno para equilibrar las cuentas públicas marcará el camino hacia «un nuevo ciclo de expansión» económica.
«El primer paso en este ciclo es garantizar el control de la inflación», declaró la mandataria sobre uno de los mayores dolores de cabeza del Gobierno.
Aunque el cálculo oficial ya sitúa la inflación para este año en torno al 8 %, los analistas del sector privado la proyectan en un 9,5 % y algunos hasta arriesgan que superará el 10 %.
Las previsiones para el desempeño de la economía también son desalentadoras y el propio Gobierno admite que se encogerá este año un 1,5 %, aunque para el sector privado esa contracción será cercana al 1,8 %.
Rousseff insistió en que una de las prioridades en este momento es «promover el reequilibrio fiscal», que junto con un mayor control de la inflación «creará las bases para un nuevo ciclo de expansión sustentable del crédito».
La mandataria brasileña también pidió a los gobernadores que influyan en sus respectivos partidos políticos a fin de impedir que el Congreso apruebe algunas iniciativas que están en trámite y pudieran suponer un mayor aumento del gasto público.
«La estabilidad económica es muy importante y es responsabilidad de todos», declaró la jefa de Estado, quien sostuvo que «todos los gobernadores deben participar» en los debates de los grandes asuntos nacionales.
Rousseff también instó a los gobernadores a reforzar el combate a la delincuencia y el crimen organizado, para el cual ofreció todo el apoyo del Gobierno federal.
«En este nuevo Brasil, ningún gobernante se puede acomodar», pues «sabemos que muchas cosas tienen que mejorar, porque el pueblo está sufriendo» y la solución a sus problemas pasa «por una cooperación mayor e independiente de las afinidades políticas», declaró.