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Brasilia, 17 jul (EFE).- El presidente de la Cámara de los Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, uno de los principales líderes del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) que apoya a la presidenta Dilma Rousseff, oficializó hoy su ruptura con el Gobierno a título individual.
«Yo, formalmente, a partir de hoy rompí con el Gobierno. Sepan que partir de ahora el presidente de la Cámara está rompiendo con el Gobierno», señaló Cunha a los periodistas en la capital brasileña.
Cunha había expresado el jueves que deseaba romper esa alianza con el Ejecutivo y sólo seguía en la coalición «por obligación moral» con los electores.
El congresista es uno de los cincuenta políticos investigados en el caso de corrupción en la empresa estatal Petrobras y el jueves uno de los delatores del proceso, el empresario Julio Camargo, afirmó ante la Justicia que Cunha le pidió cinco millones de dólares desviados de la petrolera.
El político aseguró que va a pedir en el Congreso del PMDB, el próximo septiembre, que el partido rompa también con el Gobierno, una posibilidad que, en otra declaración hecha el jueves, ya había dicho que podría ocurrir antes de las elecciones de 2018.
Cunha aclaró que su decisión no «alterará» su «papel institucional» al frente del Congreso y seguirá participando de actos públicos al lado del Gobierno, pero reiteró: «a partir de ahora soy oposición».
Sobre el caso de corrupción en Petrobras, por el que está siendo investigado, dijo que la acusación es un complot por parte del fiscal general de la República, Rodrigo Janot.
«Esta operación policial es orquestada por el Gobierno», expresó Cunha, quien arremetió contra los extesoreros del PT presos por corrupción y justificó así que su partido no podía tener nexos con el «barro» de esa formación política.
Del mismo modo, también descalificó al delator que le acusa de recibir sobornos, Julio Camargo, al que tildó de «bandido y reo confeso».