viernes, 28 de agosto de 2015
Principal patronal brasileña dice que ministro de Economía agrava recesión

Río de Janeiro, 28 ago (EFE).- La Federación de las Industrias del Estado de Sao Paulo (Fiesp), mayor y más influyente patronal brasileña, acusó hoy al ministro de Hacienda, Joaquim Levy, de adoptar medidas que agravan la recesión del país.
El ministro «se equivoca en la conducción de la política económica al aumentar los impuestos, elevar los intereses y restringir el crédito, lo que sólo empeora la recesión y amplía el desempleo», afirmó el presidente de la Fiesp, Paulo Skaf, citado en un comunicado divulgado este viernes por la entidad.
El ataque directo a Levy se produjo el mismo día en que el Gobierno admitió que la contracción de la economía brasileña en el segundo trimestre superó lo previsto por los más pesimistas y reconoció que el país está técnicamente en recesión.
El producto interno bruto (PIB) de la mayor economía latinoamericana registró una contracción del 1,9 % en el segundo trimestre del año con respecto al primero, en su peor resultado desde inicios de 2009.
Como ya había caído un 0,7 % en los tres primeros meses del año, la economía brasileña completó dos trimestres consecutivos de contracción, lo que configura una recesión técnica.
Según la Fiesp, pese a que el ministro de Hacienda dijo a comienzos del año que la economía brasileña crecería un 0,8 % en 2015, «los números divulgados hoy muestran que (la economía de) el país debe sufrir una caída de entre el 2,5 % y el 3,0 %».
Además de atacar la política económica del Gobierno, la patronal dijo que la situación se agravará en caso de que la Administración de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, apruebe la recreación de un impuesto extinto hace casi una década y que tasaba en un 0,38 % todos los movimientos financieros.
El Gobierno admitió esta semana que está estudiando la posibilidad de volver a instituir el llamado «impuesto sobre los cheques» en medio de un déficit gigantesco en sus cuentas públicas.
«La creación de un impuesto sobre la circulación financiera o cualquier otro será rechazada por todos los sectores de la sociedad», aseguró Skaf en el comunicado divulgado por la Fiesp.
Según versiones de prensa, el dirigente empresarial ya había manifestado sus críticas a la política económica y defendido la dimisión de Levy tras una cena que tuvo anoche con el vicepresidente brasileño, Michel Temer, su correligionario en el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).
«Tenemos un ministro de Hacienda que sólo habla de aumentar impuestos. Brasil no necesita ese tipo de ministros», afirmó el presidente de la Fiesp tras su reunión con el vicepresidente, en la que también participaron varios de los principales empresarios del país, como los presidentes de los grupos Bradesco, Cosan y CSN.
Los grandes empresarios, sin embargo, fueron los principales garantes del nombramiento en enero como ministro de Hacienda de Levy, un técnico que nunca tuvo afinidades con el oficialista Partido de los Trabajadores (PT) y que siempre defendió austeridad en las cuentas públicas.
Desde que asumió el cargo, Levy ha tomado una serie de medidas para corregir el desequilibrio en las cuentas públicas, que registraron un déficit récord en 2014, entre ellas un corte de gastos, un aumento de los impuestos y la restricción del acceso al crédito.
Estas medidas, unidas al aumento de los precios al consumidor, la subida de los tipos de interés y la pérdida de confianza ante el escenario económico, han desincentivado en los últimos meses la inversión y el consumo, a lo que los analistas atribuyen la actual recesión.
A pesar de la política de austeridad, el ahorro en las cuentas públicas se achicó considerablemente en julio pasado, concretamente un 61 % con respecto al mes anterior, según informó hoy el Banco Central.
En los 12 meses cerrados en julio, el déficit fiscal primario, sin tener en cuenta el pago de los intereses de la deuda pública, escaló hasta el 0,89 % del PIB, lo que complica el cumplimiento de la meta que se impuso el Gobierno de ahorrar el equivalente a un 0,15 % del PIB este año.