miércoles, 11 de noviembre de 2015
Protesta contra despidos en siderúrgica brasileña es reprimida por policía

Sao Paulo, 11 nov (EFE).- Una protesta contra el posible despido de 4.000 trabajadores de una planta de la siderúrgica Usiminas en la ciudad brasileña de Cubatao terminó hoy en un choque con la policía, que lanzó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, informaron fuentes oficiales.
La protesta fue organizada por varios sindicatos y contó con el respaldo de algunos líderes políticos de Cubatao, municipio en el litoral del estado de Sao Paulo, que se oponen al cierre temporal de parte de la fábrica de Usiminas, un importante grupo siderúrgico que tiene entre sus accionistas a la argentina Techint.
La dirección de Usiminas anunció en octubre pasado que pretende desactivar temporalmente las principales líneas de producción en su complejo en Cubatao para hacer frente a la crisis provocada por la recesión en Brasil y la caída de la demanda mundial por acero.
La desactivación puede demorar entre tres o cuatro meses y deja en duda la situación laboral de unos 2.000 empleados directos de Usiminas y de otros 2.000 de empresas abastecedoras de Cubatao.
Los manifestantes se concentraron a primera hora de este miércoles frente a la puerta de la siderúrgica para intentar impedir la entrada de los autobuses que transportaban a los empleados que comenzarían su turno y que no apoyan la protesta.
La empresa pidió apoyo de la policía con el argumento de que los manifestantes violaban el derecho a la libre circulación y los uniformados usaron gases lacrimógenos y balas de caucho para dispersar a unas 300 personas concentradas frente a la fábrica.
Tras el choque, una persona tuvo que ser atendida por los médicos y otra fue arrestada por la policía.
Los manifestantes se dirigieron entonces hacia la sede de la Alcaldía de Cubatao, que apoya las reivindicaciones, para continuar la protesta frente a la misma.
«La justicia garantizó ayer el derecho a la libre manifestación sindical pero siempre que los manifestantes no impidiesen el acceso de los empleados a la fábrica. Ante eso, Usiminas lamenta que esa decisión sólo hubiese sido respetada tras la intervención policial», informó la empresa en un comunicado.
La siderúrgica dijo «entender la gravedad del momento» y agregó que el bloqueo a la entrada a la planta «en nada contribuirá en la solución de los problemas relacionados a la caída progresiva del mercado de acero y a los cuellos de botella de la competitividad en nuestro país».
La compañía atribuyó tanto a la caída de la demanda mundial como a las dificultades de operar en Brasil su decisión «de desactivar temporalmente las áreas primarias de la planta de Cubatao».
Usiminas calcula en 700 millones de toneladas el exceso de la capacidad productiva de las siderúrgicas en el mundo, lo que, en su opinión, explica «los niveles de precio depreciados y sin perspectivas de recuperación consistente».
Según la patronal del sector siderúrgico en Brasil, el consumo de aceros planos en Brasil acumula este año una caída del 14 % frente al mismo período de 2014 y del 22 % en comparación con 2013.
La empresa acumuló en los nueve primeros meses de este año pérdidas de 2.058 millones de reales (unos 524 millones de dólares), que contrastan con los beneficios de 326 millones de reales (83 millones de dólares) del mismo período del año pasado.
Usiminas está controlada por el grupo japonés Nippon (29,45 %) y por el grupo argentino Techint (27,66 %), y el tercer mayor accionista es la brasileña Compañía Siderúrgica Nacional (6,75 %).