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Carlos A. Moreno
Río de Janeiro, 4 ago (EFE).- A un año y un día de la ceremonia inaugural de sus Juegos Olímpicos, el 5 de agosto de 2016, Río de Janeiro está con todas las obras a tiempo, sin preocupaciones con el cronograma, pero con la gran duda de si cumplirá la meta que se impuso de descontaminación de la Bahía de Guanabara.
La cuenta regresiva de un año será conmemorada mañana en una ceremonia que contará con la presencia de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, y del presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, que podrán ser testigos de los avances en las obras del Parque Olímpico.
«La ciudad está caminando muy bien, las obras marchan muy bien. Hay mucha cosa que será entregada mucho tiempo antes del plazo estipulado por el COI», comentó a Efe el secretario de Turismo de Río de Janeiro, Antonio Pedro Figueira de Mello.
El secretario resumió que la organización de las justas pasa por «un momento de celebración» por estar con «las cosas andando, sin muchas polémicas, sin atrasos, sin costos extrapolados, todo dentro del plazo y realmente haciendo un cambio en la ciudad»,
La única polémica actualmente es el avance de los proyectos de descontaminación de la Bahía de Guanabara, que baña la zona norte de Río de Janeiro y en la que se disputarán las competiciones de vela, que es la mayor preocupación de las autoridades locales y del COI.
Las autoridades regionales se comprometieron en 2009 a tratar el 80 % de las aguas residuales que son vertidas en esta bahía, pero hasta ahora tan sólo han conseguido limpiar un 49 % y admiten que difícilmente cumplirán el compromiso asumido ante el COI.
«Nos equivocamos (en los proyectos de descontaminación anteriores). No podemos seguir equivocándonos. Tan sólo vamos a divulgar una meta cuando realicemos los estudios necesarios», dijo el lunes el gobernador de Río de Janeiro, Luiz Fernando Pezao.
La afirmación del gobernador fue en el acto de firma de un acuerdo que prevé medidas para garantizar la limpieza de la bahía en los próximos veinte años.
Numerosos regatistas de todo el mundo, incluso brasileños, han criticado el mal estado de las aguas y la contaminación en la Bahía de Guanabara y se han quejado de las dificultades que enfrentan al tener que desviar basuras que encuentran flotando en el mar.
La preocupación con la descontaminación de la bahía aumentó la semana pasada con la divulgación de informes según los cuales el alto grado de contaminación es una grave amenaza para la salud de los propios regatistas dado los elevados índices de virus, bacterias y otros microorganismos.
«La situación en Río está como siempre: mucho progreso pero sin tiempo a perder. Sobre la limpieza de la bahía, fuimos informados de las medidas que han sido adoptadas y de las que serán aplicadas en el último año antes de los Olímpicos justamente para garantizar la seguridad y la salud de los atletas», dijo Bach en Kuala Lampur.
Pero si la descontaminación de la bahía no es perceptible a la vista, las obras e instalaciones que Río construye para los primeros Olímpicos sudamericanos ya tienen cara.
La ciudad más emblemática de Brasil convive actualmente con un sinnúmero de obras en diferentes barrios pero en algunos de los grandes complejos diseñados para los Olímpicos ya es posible ver, en medio de grúas y tierra devastada, estructuras finalizadas, estadios con cobertura y edificaciones con fachadas definitivas.
Tres de los cuatro sistemas de vías exclusivas para autobuses prometidos para Río 2016 están funcionando y gran parte de los 16 kilómetros de túneles para la nueva línea del metro ya fue excavada.
El proyecto de revitalización del puerto de Río es una realidad a medias con el Museo de Arte de Río operando hace varios meses, el Acuario prácticamente concluido, el Museo del Mañana en obras finales y los túneles que permitirán convertir todas las vías en peatonales ya inaugurados.
De los tres grandes conjuntos de obras para los Olímpicos, el Parque Olímpico, el Parque Radical y la Villa Olímpica, ésta última es la más adelantada, con casi el 90 % de las obras concluidas de sus 3.604 apartamentos en 31 edificaciones.
Según los datos suministrados a Efe por el Comité Organizador, el Parque Olímpico tiene el 86 % de su infraestructura concluida.
El Parque Olímpico, en un área de 1,18 millones de metros cuadrados y que concentrará las instalaciones para 16 modalidades deportivas, cuenta con tres arenas, estadio acuático, complejo de tenis, velódromo, un hotel y las edificaciones que albergarán el Centro de Prensa y el Centro de Transmisión.
Y el Parque Radical, en el barrio de Deodoro y cuyas obras comenzaron atrasadas, tiene desde el 69 % de la infraestructura concluida para el piragüismo en slalom hasta el 32 % del Centro de Deportes Acuáticos.
El Parque Radical concentrará once modalidades olímpicas y al final del evento se convertirá en el segundo mayor parque público de Río de Janeiro, con 500.000 metros cuadrados.
«Con el avance de las obras, Río de Janeiro demuestra que puede trabajar dentro de los plazos y presupuestos, a diferencia de lo ocurrido en el Mundial, y entregar unos Olímpicos más baratos que los de Londres y con fuerte participación de la iniciativa privada», afirmó Figueira de Mello.