viernes, 31 de julio de 2015
Secretario de Presidencia considera inaceptable ataque a Instituto Lula

Sao Paulo, 31 jul (EFE).- El ministro de la Secretaría General de la Presidencia brasileña, Miguel Rossetto, consideró hoy «inaceptable» y «una agresión a nuestra democracia» el atentado con un artefacto de escaso poder explosivo del que fue blanco el instituto dirigido por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
El ataque con un explosivo de fabricación casera lanzado desde un automóvil, que no dejó heridos pero sí pequeños daños en el portón de aluminio de la sede del Instituto Lula en Sao Paulo, fue calificado como un atentado «político» por el mismo organismo, que exigió «que los responsables sean identificados y castigados».
«Son inaceptables esos actos de violencia e intolerancia en nuestro país», afirmó en un comunicado el secretario general de la Presidencia, un importante correligionario de Lula en el Partido de los Trabajadores (PT) y que también fue ministro en su Gobierno.
Para el funcionario, el ataque del jueves por la noche «es una agresión a nuestra democracia», en un país que tiene una tradición «de diálogo político y de rechazo a actos violentos, que esperamos que prosiga y sea ampliado».
Rossetto transmitió en la nota su solidaridad para con el exjefe de Estado y todos sus colaboradores en el Instituto Lula.
El organismo pidió que el ataque sea investigado por los organismos policiales del estado de Sao Paulo y, dado que supuestamente se trata de un atentado político, por el Ministerio de Justicia.
El ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, señaló por su parte que le pidió a la Policía Federal que investigue las circunstancias para determinar «si le corresponde hacer alguna cosa».
Ello debido a que la investigación inicialmente es de responsabilidad de la Policía Civil del estado de Sao Paulo y sólo pasaría a jurisdicción de la Policía Federal, dependiente del Ministerio de Justicia, en caso de que se compruebe que se trata de un atentado político o de un acto terrorista.
Cardozo agregó que le pidió al comando de la Policía Federal que dialogue con las autoridades de Sao Paulo para, «dentro de su competencia», analizar lo que ocurrió y adoptar las medidas necesarias.
El presidente del Partido de los Trabajadores, Rui Falcao, consideró «inaceptable la escalada de odio contra el PT», que atribuyó a las iniciativas de «algunos sectores de la sociedad» de «criminalizar» a la formación.
El hecho ocurrió en momentos en que Brasil está sumido en una grave crisis política, derivada de las investigaciones por un vasto escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras, que han salpicado a decenas de grandes empresarios y a medio centenar de políticos.
Entre los políticos investigados figuran dirigentes del Partido de los Trabajadores (PT), fundado por Lula en 1980 y al que también pertenece la actual presidenta del país, Dilma Rousseff, así como numerosos líderes de formaciones que apoyan el Gobierno.
Según el presidente del PT, que recordó dos ataques similares este año contra sedes regionales del partido, el atentado de anoche fue perpetrado por los «sectores que insisten en propagar el golpismo, el odio e ideas conservadoras».