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Brasilia, 13 oct (EFE).- El secretario general de la Unión de las Naciones Sudamericanas (Unasur), Ernesto Samper, defendió hoy una solución constitucional a la crisis política provocada en Brasil por los intentos de la oposición de abrir un juicio político con fines de destitución contra la presidenta Dilma Rousseff.
«Obviamente esperamos que todos los temas políticos sean tratados dentro del Congreso, dentro de la Constitución, dentro de la ley y con respeto a las normas universales sobre legítima defensa», afirmó el expresidente colombiano en unas declaraciones que concedió a la estatal Agencia Brasil tras reunirse con la mandataria en Brasilia.
La jefe de Estado brasileña enfrenta una delicada crisis política y una ofensiva de la oposición, que ha presentado varias peticiones para que el Congreso instaure un juicio político con miras a su destitución.
La decisión sobre un proceso de esa naturaleza debe ser tomada por el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, quien hasta ahora ha recibido una veintena de solicitudes en ese sentido y ha rechazado la mitad porque carecían de «fundamentos jurídicos».
La Constitución brasileña prevé la posibilidad de destituir a un jefe de Estado, pero para iniciar el juicio exige razones jurídicas que, en la opinión del Gobierno, no existen en el caso de Rousseff.
«Brasil no puede resolver sus cuestiones políticas con rupturas constitucionales» como un proceso contra Rousseff, que dependería de «asuntos jurídicos que no existen», dijo hoy a los periodistas el ministro de Información, Edinho Silva.
Samper, tras su encuentro con Rousseff en el Palacio de Planalto, aseguró que la mandataria cuenta con el apoyo de la Unasur sin necesidad de solicitarlo.
«No necesita pedirlo porque lo tiene. Es una persona honesta, que fue elegida constitucionalmente», aseguró el secretario de Unasur, citado por la Agencia Brasil.
Tras admitir que no abordó el asunto en su reunión con Rousseff, el expresidente colombiano afirmó que la posición de la Unasur «es muy clara» en el sentido de que «la presidenta fue elegida constitucionalmente y tiene que, constitucional y políticamente, terminar su mandato».
Samper igualmente rechazó comparar la situación política de Brasil con la de Paraguay en 2012, cuando el entonces presidente, Fernando Lugo, fue destituido por el Congreso.
«No hacemos comparaciones. Respetamos la democracia paraguaya, su Gobierno y su constitución. Somos constitucionalistas», afirmó.