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Discurso de Gabriel Boric
Brasilia, 19 ago (EFE).- El Senado brasileño aprobó hoy una ley de austeridad primordial para el ajuste fiscal propuesto por el Gobierno de la presidenta, Dilma Rousseff, para sanear las cuentas y enfrentar la delicada situación económica por la que pasa el gigante suramericano.
Con 45 votos a favor y 27 en contra, la medida aprobada y que ahora espera sanción del Ejecutivo revoca las exenciones tributarias a las nóminas salariales, con lo que las empresas deberán aumentar su contribución al Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS) y así el gobierno podrá aumentar la recaudación.
Con el proyecto de ley, la alícuota que pagan las empresas al INSS pasará del 1 % al 2,5 % y, en otros sectores, del 2 % al 4,5 %.
El ajuste, que enfrenta resistencias incluso entre los partidos oficialistas, prevé la elevación de algunos impuestos, fuertes reducciones de gastos públicos y la eliminación de algunos beneficios sociales.
Con este ajuste, el equipo económico del Gobierno busca poner a flote una economía que, según las últimas proyecciones, sufrirá una contracción de entre el 1,5 % y el 2,0 % este año y una inflación de más del 9 % en 2015, que dobla la meta del 4,5 % que se impuso el Gobierno para el año.
Las agencias internacionales de calificación de riesgo, que han rebajado la nota de la deuda brasileña, tenían dudas sobre si el Congreso aprobaría el ajuste fiscal anunciado por Rousseff, en enero pasado, en el primer mes de su segundo mandato.
El Gobierno brasileño anunció en julio la reducción de la meta de superávit fiscal primario que se había impuesto para este año desde el equivalente al 1,1 % del PIB hasta el 0,15 %, pero al mismo tiempo se comprometió con una nueva reducción de los gastos para intentar sanear las cuentas públicas.
La iniciativa que ratificó hoy el Senado no alteró la que la Cámara de Diputados había aprobado días atrás con algunas modificaciones del texto original remitido por el Ejecutivo, como por ejemplo beneficiar a centros telefónicos, compañías de transporte y la industria avícola, entre otros.
Esos sectores pasarán a pagar al INSS una alícuota de solo el 3 % y no del 4,5 % como los demás que pagaban un 2 %.
La aprobación en el Senado es considerada como un triunfo por parte de la base oficialista, que enfrenta dificultades para la aprobación de proyectos en la Cámara Baja, particularmente por la oposición ejercida por su presidente, el diputado Eduardo Cunha.
El legislador, del oficialista Partido del Movimiento Brasileño (PMDB), la mayor fuerza de la coalición, declaró su postura personal contraria a Rousseff.
Cunha es uno de los cincuenta políticos investigados por el caso de corrupción en la estatal Petrobras, apuntados como beneficiarios de la red de corruptelas que sobrevaloraba contratos de la estatal con constructoras, y hoy descartó una eventual renuncia a la Presidencia de la Cámara, pese a la fuerte presión en su contra.