Santiago de Chile, 26 nov (EFE).- La ministra chilena de Minería, Aurora Williams, planteó hoy la necesidad de dar mayor valor agregado al cobre que exporta a fin de afrontar de mejor forma los ciclos de precios bajos del metal, como ha ocurrido este año.
Según Williams, el país austral debe retomar la producción y comercialización de cobre refinado e ir dejando de lado la venta de concentrados del metal, que tienen más impurezas y un menor precio en los mercados de exportación.
Al intervenir en Santiago en un seminario sobre tendencias del mercado y la producción futura del cobre, la ministra atribuyó a los ciclos de altos precios que tuvo el cobre desde hace unos diez años la falta de inversión en el procesamiento del metal.
«Durante los últimos 10 años la mirada de los inversionistas se posicionó en los proyectos de rápida rentabilidad, aprovechando la parte alta del ciclo de precios de las materias primas. Ello determinó el alejamiento de los inversionistas en los negocios de procesamiento metalúrgico», precisó.
Lo anterior redundó en una reducción del posicionamiento mundial del cobre refinado chileno, que pasó de 20 % del total exportado, en su mejor momento, a un 9,0 % en 2014, añadió.
Estas cifras «poco competitivas», a juicio de la ministra, «hacen preguntarse por la condición actual de nuestras fundiciones y el futuro que enfrentan».
Chile, produce anualmente unos 5,7 millones de toneladas de cobre, cuyo precio se ha desplomado este año a poco más de dos dólares por libra, después de haberse mantenido por varios años cerca de los cuatro dólares.
Para Chile, cada centavo de dólar en el precio promedio anual del cobre supone cerca de 40 millones de dólares en impuestos y alrededor de 91 millones en términos de la balanza de pagos.
Durante el encuentro, organizado por la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), la ministra lamentó la baja inversión en el procesamiento del cobre, en un período en que los costos de fundición, así como los gastos operacionales, energía y mano de obra siguen altos en el país.
Precisó que a nivel internacional el costo de fundición de una tonelada de concentrados cuesta en promedio 117 dólares, mientras en Chile el valor se eleva a 204 dólares.
Según cálculos de Cochilco, las fundiciones chilenas requieren inversiones por unos 2.000 millones de dólares entre 2016 y 2018 para recién ponerse al día en el cumplimiento de las normas ambientales sobre emisiones.
Para Sergio Hernández, vicepresidente ejecutivo de Cochilco, el tema de fondo va mas allá de la fundición y tiene que ver con la forma en que Chile defiende, para los inversores estatales y privados, el nivel de los retornos por exportaciones de una actividad que seguirá siendo la principal fuente de riqueza del país.
Un primer paso debe ser la creación de una Comisión Presidencial para políticas futuras de fundición en Chile, dijo Hernández, que se manifestó confiado en que si la idea resulta bien, «el Estado aprenda de los errores y vuelva a invertir en el aparato industrial».
Criticó que el Estado se quede con todas las utilidades de la Corporación del Cobre (Codelco), «quitándole su competitividad». advirtió que «si no se hace perderemos presencia en el mercado mundial del cobre, junto con capacidad negociadora, atracción de inversión y nuevas tecnologías».