jueves, 19 de noviembre de 2015
Chile inaugura muestra de pintores mexicanos frustrada por golpe de Pinochet

Júlia Talarn Rabascall
Santiago de Chile, 20 nov (EFE).- La exposición de grandes pintores mexicanos frustrada por el golpe militar de Augusto Pinochet volvió de nuevo a Chile con gran parte de las obras que pudieron ser milagrosamente rescatadas del terror y la violencia que azotó la capital chilena en septiembre de 1973.
La muestra «Orozco Rivera Siqueiros» estaba completamente instalada y a punto de ser inaugurada en el Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago cuando las bombas de la fuerza aérea chilena empezaron a caer sobre el Palacio de La Moneda.
Los 169 lienzos de los pintores que lideraron la modernidad artística mexicana, como José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros o Diego Rivera, fueron salvaguardados por el comisario mexicano Fernando Gamboa quien, entre balas y explosivos, se encargó de empaquetarlos y facturarlos de nuevo hacia el país azteca.
Cuarenta y dos años después, las obras pertenecientes a la Colección del Museo de Arte Carrillo Gil de México vuelven a embellecer las mismas paredes del museo que un día ya las acogió y que aún conservan las marcas de las balas golpistas que en septiembre del 73 también arremetieron contra la catedral artística santiaguina.
«De la selección original hoy traemos a Chile un total de 76 obras que representan mejor el espíritu original y los temas que más interesaban al comisario Gamboa, como la revolución y los murales», dijo a Efe el comisario de la exhibición, Carlos E. Palacios.
En una de las salas de la muestra titulada como «La exposición pendiente», cuatro obras cubistas de Diego Rivera dan cuenta de la etapa más universal y vanguardista del destacado muralista mexicano, que contrasta con la lúgubre serie «La revolución de los horrores», de José Clemente Orozco.
En otra de los espacios expositivos se pueden ver algunas pinturas abstractas y bocetos de murales que realizó David Alfaro Siqueiros, quien, según Palacios, «influyó enormemente en la tradición muralista chilena».
La muestra hace también una reconstrucción documental que contextualiza el estrecho vínculo entre Chile y México, reforzado por el ideario social y político compartido por sus presidentes, y revela el testimonio de Fernando Gamboa (1909-1990), quien dejó constancia de todos sus pensamientos durante esos turbulentos días.
El reconocido comisario, responsable de varias exposiciones internacionales, había llegado a Chile unos días antes del golpe de Estado, tiempo suficiente para percatarse del ambiente enrarecido y hostil en el que estaba sumido la ciudad.
«Santiago tenía un ambiente muy particular, como de algo que se avecinaba (…) Estos primeros días de primavera parecen más bien invernales. Me recuerda mucho a Barcelona, de los últimos tiempos de guerra, en 1938», anotó Gamboa, quien ya presagiaba lo que sucedería.
La mañana del martes 11 lo sorprendió en su hotel, justo frente de La Moneda adonde debía acudir para una reunión que jamás llegó a realizarse. A partir del momento mismo del bombardeo, comenzó a relatar en su grabadora una sucesión de los hechos que luego transcribió a máquina.
A la consternación por este trance histórico, Gamboa sumaba otra acuciante preocupación:
«Me asomé por la ventana y vi llegar camiones con carabineros para ocupar la plaza. Súbitamente recordé Bogotá y tomé mi abrigo y sombrero, con la idea de lanzarme a la puerta antes de que fuera demasiado tarde. Para mi lo importante era la colección, que ya estaba instalada en el Museo Nacional de Bellas Artes», apuntó.
Su intranquilidad creció al enterarse del ataque que por esos días perpetraron dos tanques y una tanqueta contra el museo, para aplacar la supuesta presencia de «extremistas» en el interior del recinto.
Con la ayuda de un guardia de seguridad, Gamboa, que en Colombia ya había salvado distintas obras del caos del Bogotazo de 1948, empaquetó los cuadros y los trasladó hasta el aeropuerto, donde el 25 de septiembre partiría hacia México Distrito Federal.
«Gamboa fue un hombre con una consciencia histórica fascinante que en distintos momentos de su vida se comportó de forma heroica para rescatar el arte de las garras de la violencia», dijo a Efe el cineasta Bruno Salas, quien actualmente graba un documental sobre esta colección en peligro en base al testimonio que dejó el comisario.
«La exposición pendiente», que podrá ser visitada hasta el próximo mes de enero, salda una deuda histórica e invita a los chilenos a dar una nueva mirada a un periodo significativo del arte mexicano del siglo XX.