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Cristóbal Chávez Bravo
Santiago de Chile, 14 oct (EFE).- La selección juvenil de Chile, anfitriona del Mundial sub’17 que comienza el próximo sábado, espera llegar a buen puerto con el entrenador Miguel Ponce al timón, el mismo que meses atrás tomó un barco a la deriva y con una plantilla sin ánimo, que parecía condenada al fracaso.
Chile debutará el 17 de octubre en el Estadio Nacional de Santiago frente a Croacia en el grupo A, donde también están los poderosos equipos de Estados Unidos y Nigeria, éste último actual campeón mundial de la categoría.
El equipo anfitrión no llega a la cita con buenos precedentes.
En el Sudamericano sub’17 clasificatorio para el Mundial, jugado en Paraguay en marzo pasado, terminó último lugar en su grupo, derrotado en todos sus compromisos.
A pesar de tener la plaza asegurada por su condición de anfitrión, los malos resultados le costaron el puesto al entonces entrenador, el argentino Alfredo Grelak, que dejó el cargo junto a su compatriota Hugo Tocalli, responsable técnico de las selecciones menores.
Miguel Ponce, exjugador de la Universidad de Chile y la Universidad Católica, se hizo cargo del equipo y en pocos meses ha tratado de imprimir su sello en la plantilla, en la que solo quedan seis jugadores de los que disputaron ese Sudamericano.
Una de las principales figuras de la Roja sub’17 es el centrocampista del Cobreloa Marcelo Allende que, además, ha sido el capitán de la selección en los últimos partidos amistosos.
El jugador, que no fue tenido en cuenta por Grelak, fue un auténtico descubrimiento de Ponce.
Allende fue llamado para participar en la reciente gira europea de Chile y su talento lo transformó en un jugador fundamental y capitán de la selección juvenil.
La gira por Europa, que se saldó con cuatro triunfos y un empate, garantizó una cuota de confianza para Ponce y sus muchachos.
Uno de los últimos amistosos de la llmada Rojita fue la semana pasada contra México y acabó con empate a uno, un buen resultado para Chile ante uno de los grandes favoritos en el Mundial.
Chile no participa en un Mundial sub’17 desde el de Egipto 1997, ocasión en la que quedó eliminado en la primera fase.
El mejor rendimiento de Chile en un torneo sub’17 se remonta al Mundial de Japón 1993, cuando logró el tercer lugar tras vencer en el último partido a Polonia.
En ese equipo destacaron jugadores como Manuel Neira y Sebastián Rozental, que años más tarde formaron con la Roja en el Mundial de Francia 1998.
Alejado de los focos y de las quinielas de favoritos al triunfo, Chile aspira a cumplir con creces como anfitrión del campeonato y constatar la mejoría que los jóvenes jugadores han mostrado en los últimos meses.