martes, 15 de septiembre de 2015
Corte Suprema de Chile ratifica indemnización a exprisioneros de Pinochet

Santiago de Chile, 15 sep (EFE).- La Corte Suprema de Chile ratificó hoy el pago de una indemnización 150 millones de pesos (unos 220.000 dólares) a cada uni de 31 opositores a la dictadura de Augusto Pinochet que permanecieron un año confinados en una inhóspita isla de la Patagonia, informaron fuentes judiciales.
El fallo, pronunciado de forma unánime por la II Sala del máximo tribunal chileno, rechazó un recurso del Consejo de Defensa del Estado (CDE) y ratificó el fallo de primera instancia emitido en enero de 2013 por el X Juzgado Civil de Santiago y confirmado el 17 de noviembre de 2014 por la Corte de Apelaciones de Santiago.
Entre septiembre de 1973 y septiembre de 1974, numerosos partidarios del gobierno de Salvador Allende, derrocado por Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973, fueron confinados en la Isla Dawson, a unos 3.000 kilómetros al sur de Santiago, entre ellos ministros, otros altos cargos, parlamentarios y dirigentes políticos.
Del total de prisioneros, 31 suscribieron la demanda indemnizatoria contra el Estado de Chile.
En esa isla, de clima subantártico y custodiados por la Marina chilena, los prisioneros, entre los que había personas de edad avanzada, vivían en precarias condiciones, sometidos a trabajos forzados, mala alimentación y escara ropa de abrigo.
En ese contexto, la Justicia estableció la responsabilidad del Estado por los daños físicos y sicológicos que sufrieron los prisioneros.
El fallo se fundamenta en que las víctimas fueron objeto «de violaciones graves a los derechos humanos perpetradas por agentes del Estado de Chile, especificando las datas de sus secuestros, las torturas soportadas, el tiempo que permanecieron privados de libertad y las secuelas «que hasta ahora persisten en todos los ámbitos de su vida».
La resolución invoca además la Convención Interamericana de Derechos Humanos para descartar una prescripción de los delitos y acoger lo solicitado por los demandantes, sobre la base del «inconmensurable daño moral producto de su reclusión ilegal en una isla del fin del mundo, los maltratos y la agonía de la incertidumbre de su propia existencia».