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Discurso de Gabriel Boric
Cristóbal Chávez
Santiago de Chile, 22 oct (EFE).- Música luminosa, fusiones
psicodélicas y un sonido espacial. Eso es Astro, la banda chilena de
pop rock nominada a los Premios Grammy Latino 2015 que acaba de
publicar su segundo disco, «Chicos de la Luz», un trabajo que
ratifica su condición de gran promesa de la escena musical
latinoamericana.
El lanzamiento del álbum la semana pasada, que tuvo como
escenario un popular teatro de la capital chilena, ha afianzado su
meteórica y corta carrera musical, que ya ha incluido giras por
Estados Unidos y Centroamérica.
Hoy jueves estarán tocando de manera gratuita en el municipio
santiaguino de Providencia, como anticipo de su participación en el
festival Pulsar 2015.
La música de Astro no tiene edad. Desde una pequeña de diez años
hasta la generación de treintañeros, todos gozan de manera
transversal con las melodías de los músicos australes.
El nombre de su último disco no es resultado del azar. «Chicos de
la Luz» revela la personalidad del cuarteto, que desde 2008 ejercita
un universo sonoro poco habitual en los escenarios chilenos.
Su música, como su última presentación, rubrica la combinación
entre los sonidos sintéticos y un cuidado juego de luces para cada
canción, que hacen recordar la parafernalia de David Bowie, en su
periodo de Ziggy Stardust.
«Las letras de nuestras canciones son bastante profundas. Hablan
de temas como la meditación y la búsqueda espiritual», explica
Andrés Nusser, vocalista, tecladista y guitarrista de Astro.
A diferencia de su primer disco, bautizado como la banda, la
segunda entrega de Astro ya no hace alusión a las drogas. «Ahora
buscamos un viaje interior, más limpio», sostiene. «Caribbean» uno
de los sencillos de su último disco, fue nominado a los Grammy
Latino 2015 en la categoría de Mejor Canción Alternativa, un
reconocimiento que se suma a sus presentaciones en el Lollapalooza
Chicago, Mysteryland de Amsterdam y Primavera Sound de Barcelona.
Pero su música no sólo ha visitado festivales. El 2013, EA Sport,
desarrolladora del videojuego FIFA, el simulador de fútbol más
popular del mundo, incluyó su creación «Panda» en su banda sonora.
«Para que vean que somos músicos de verdad, y no hacemos
playback», le gritaron a los espectadores que la semana pasada
abarrotaban el teatro Cariola, de Santiago.
De esta forma el tecladista y bajista del grupo, Nicolás
Arancibia, respondía a las críticas que han recibido en los últimos
meses provenientes del duro mundo del internet, por la constante
presencia de sintetizadores y teclados en la música de la banda, que
hace recordar a los DJ que mucho se mueven, pero que poco y nada
interpretan.
Pero desde sus inicios, Astro se ha caracterizado por interpretar
todos sus sonidos en vivo, usando desde un vulgar cencerro hasta los
‘pad’ que mezclan los sonidos prefabricados que hacen de la banda
chilena un sello único.
Para encontrar recursos musicales no hay límite. Daniel Varas,
tecladista y percusionista de la agrupación, suele llamar la
atención en las presentaciones con las onomatopeyas animales con que
acompaña algunos temas.
Pese a que el último disco cuenta con más baladas y canciones
electrónicas, las melodías que más les gustan a sus fans son las de
potentes bases de bajo, y una batería que denota clara influencia
del rock progresivo.
Los que en algún momento fueron etiquetados como los «MGMT
chilenos», aludiendo a la banda estadounidense precursora de los
ritmos empleados por Astro, han repetido incansablemente que se
trata de una influencia, no de una copia, toda vez que su música
rezuma influencias del rock progresivo, como Yes y Genesis.