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Discurso de Gabriel Boric
Washington, 6 ago (EFE).- El Fondo Monetario Internacional (FMI) apuntó hoy que la recuperación vista en Chile en los últimos meses ha perdido «algo de impulso», arrastrada por la caída de la inversión y el fin del «boom» de la minería, y señaló que se prevé una expansión del 2,5 % en 2015 y del 3,1 % en 2016.
«La fuerza determinante de la desaceleración económica en 2014 ha sido la drástica caída de la inversión privada, principalmente como consecuencia del fin del ‘boom’ de la minería pero también de la incertidumbre y los costos de ajuste asociados al programa de reforma estructural», explicó el Fondo en su artículo IV, como se conoce a la revisión anual de la economía.
De acuerdo con los cálculos del organismo, la inversión cayó en 2014 un 6 %, en respuesta a la caída del precio del cobre, el principal producto chileno, que ha perdido un 35 % a mediados de 2015 de su valor desde su pico de 2011.
Asimismo, recalcaron que la inflación se ha mantenido «tozudamente alta», rozando el 6 % y por encima de la meta marcada por el Banco Central de Chile de entre el 2 % y el 4 %, aunque ha comenzado a dar signos de ralentización en los últimos meses.
Frente a esta situación, las autoridades chilenas han adoptado una política macroeconómica «sumamente expansiva», especialmente en el área fiscal, y con una «fuerte aceleración de la inversión en infraestructura» que el Fondo considera adecuada.
Por otro lado, la institución dirigida por Christine Lagarde señaló que también ha afectado a la confianza empresarial «la incertidumbre asociada al ambicioso plan de reformas estructurales anunciado por la nueva administración» a comienzos del año pasado.
«Si se aplican correctamente, las reformas tienen el potencial de estimular la productividad y el crecimiento a mediano plazo, pero pueden implicar costos a corto plazo. Uno de ellos se asocia con el mayor costo del capital derivado de la reforma tributaria que fue aprobada en septiembre pasado para ayudar a financiar el gasto en esas áreas», indicó el FMI en un anexo del reporte.
Por ello, recomendó a Chile trabajar en dos frentes: adaptarse a las nuevas condiciones externas, con el objetivo declarado de reducir la dependencia del cobre, y minimizar los posibles efectos negativos a corto plazo de las reformas internas destinadas a impulsar la productividad y la innovación.