viernes, 30 de diciembre de 2016
Luz al final del megatunel que unirá Chile, Argentina y el Cono Sur


Por Tomás Pablo ROA

(presidente ejecutivo de Wolf y Pablo Consultores, S. L.)
La Región de Coquimbo, con una superficie de 40.000 kilómetros cuadrados -superior a la de Cataluña y casi igual a la de Extremadura en España- y cuya capital es La Serena, -la segunda ciudad más antigua de Chile, fundada en 1544-, situada a 450 kilómetros al norte de Santiago, está de enhorabuena. Las autoridades de Chile y Argentina han dado el visto bueno a la licitación del Túnel de Agua Negra, que unirá durante todo el año el océano Pacífico con el Atlántico, beneficiando el tráfico rodado entre Chile, Argentina, Uruguay y el sur de Brasil.

Esta es la megaobra de integración entre países en marcha más grande en el cono sur de Latinoamérica y la segunda después del Canal de Panamá, donde habrá una inversión involucrada de unos 1.500 millones de dólares, que serán financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y cuya construcción tomará aproximadamente ocho años.

El Túnel de Agua Negra unirá a la Región de Coquimbo con la provincia de San Juan en Argentina; su objetivo prioritario es potenciar la conectividad y el desarrollo económico y turístico, al generar condiciones para el transporte de carga y de pasajeros con varios países de la parte sur y atlántica del continente.
Hasta el momento existen 21 empresas interesadas en tomar parte en la construcción inscribiéndose en la fase de precalificación que concluirá en febrero próximo, y en el mes de mayo de 2017 se adjudicará. Agua Negra será, además, una de las opciones al paso de Cristo Redentor, que comunica Mendoza con Valparaíso y la Región Metropolitana, el cual suele cerrar un promedio de 40 días al año por efectos del mal tiempo.

Otro de los beneficios esperado será un incremento de los servicios del Puerto de Coquimbo o el de Caldera para el transporte de mercancías, sea hacia puertos localizados hacia el norte, Perú, Ecuador, Colombia, Centroamérica, México, Estados Unidos, Canadá o Asia.

Al mismo tiempo, el recorrido actual se disminuiría en 44 kilómetros y crecería el atractivo del eje para el comercio, industria, servicios y desarrollo de las zonas aledañas, como las ciudades de Coquimbo-La Serena, San Juan, Córdoba y Rosario. Igualmente, se persigue reducir los valores del transporte de insumos y productos mineros, vinos, aceite de oliva, carnes, lácteos y otros productos agropecuarios.

La principal autoridad de la Región de Coquimbo, su intendente Claudio Ibáñez G., agregó que ya hay acuerdo con sus contrapartes argentinas para la edificación de rutas alternativas a la CH-41, para separar el tráfico de carga del de pasajero y mejorar las instalaciones aduaneras para conseguir un cruce más expedito.

¿Cuáles son sus características?

Dos túneles paralelos, uno para cada sentido de circulación: descendente desde Argentina hacia Chile y ascendente de Chile a la Argentina, de 13,9 km de longitud. El portal argentino está a 4.085 msnm (metros sobre el nivel del mar) de altitud, y el portal chileno a 3.620 msnm, lo que otorga al túnel una pendiente media de 3,37%. Separación entre túneles: variable entre 40 y 50. Trazado vial interior con curvas de muy altos radios. Calzadas de 7,50 m de ancho, con sendos espacios laterales para circulación peatonal y servicios. Altura libre de circulación vehicular de 4,80 m. Sección transversal típica de cada túnel: 70 m2.

Galerías peatonales de conexión entre túneles, para emergencias, separadas 250 m entre sí, a lo largo de todo el trazado. Galerías de interconexión vehicular, para emergencias, cada 1.550 m. Sistemas de sostenimiento/revestimiento de las cavidades adecuados a la naturaleza geomecánica de los macizos atravesados. Ventilación sanitaria para operación normal y sistema de ventilación para extracción de humos de incendio.

Agua Negra está considerado uno de los pasos más altos del mundo: está a 4.000 metros de altitud sobre el nivel del mar, de ahí una de las proezas del levantamiento que lo hace especial y único.

No nos cabe duda alguna de que la Región de Coquimbo se convertirá un polo de atracción de nuevas inversiones, con un clima similar al Levante español, muy bien comunicada con Santiago y el norte de Chile, y ahora interconectada con una macrozona comercial que engloba a argentinos, brasileños, chilenos y uruguayos.

La decisión tomada se enmarca en los desafíos que presenta un mundo cada vez más globalizado en el que entre los actores confluyen: un pasado común, una lengua madre, unión entre dos océanos y un sinnúmero de oportunidades en lo económico, todo ello junto representa un aliciente para la inversión en un variado grupo de sectores de la actividad mercantil. (El Economista América)