Santiago de Chile, 24 ago (EFE).- Los 73 mineros chilenos que desde hace once días permanecen atrincherados a 620 metros de profundidad en una mina de Curanilahue, al sur de Chile, radicalizaron hoy su protesta al cerrar los accesos a la mina y negarse a recibir agua ni comida.
Los trabajadores habrían endurecido su posición tras conocer las declaraciones del empresario Rodrigo Danús, propietario de SW Curanilahue S.A., a quien acusan por el impago de los meses de julio y agosto, y que este viernes habría apuntado al sindicato como el único responsable del conflicto.
En declaraciones al diario El Sur, Danús señaló que el verdadero culpable de la situación era el presidente del sindicato minero, Luís Chandía, y reiteró su inocencia al afirmar haberse desvinculado del yacimiento hace meses, cuando vendió su participación del negocio.
El grupo de mineros empezó la protesta el pasado 13 de agosto para exigir a los dueños de la carbonífera Curanilahue el pago de sus últimos dos salarios y las cotizaciones de salud y seguridad, cuya suma ascendería hasta los 290.000 dólares.
El intendente de la región del Bío Bío, Rodrigo Díaz, ofreció hoy la ayuda del gobierno chileno a los trabajadores y sus familias en temas jurídicos y alimenticios y ordenó reforzar la presencia de personal médico en el yacimiento.
El presidente del sindicato minero, Luis Chandía, criticó la actuación de las autoridades a quienes acusa de llegar «tarde» con una oferta «pobre».
Por su parte, la ministra del Trabajo, Ximena Rincón emplazó a los dueños del yacimiento a dar la cara y responder por lo que han hecho.
«El Gobierno no puede reemplazar las obligaciones de los empleadores ¿Dónde están?», demandó la ministra.