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Discurso de Gabriel Boric
Santiago de Chile, 7 sep (EFE).- La policía chilena desalojó por la fuerza la madrugada de hoy a varias decenas de comuneros mapuches que mantenían ocupada desde hace tres semanas la sede de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi) en la ciudad de Temuco, a 700 kilómetros al sur de Santiago.
La intervención de Fuerzas Especiales de Carabineros (antidisturbios) tuvo lugar a las cinco de la madrugada (8:00 GMT) y se saldó con varios heridos entre los manifestantes, así como la detención de 17 hombres, 12 mujeres y un menor de edad, según informaron medios locales.
Los mapuches, pertenecientes a una veintena de comunidades indígenas de las provincias de Malleco y Cautín, en la región de la Araucanía, tenían tomada desde el pasado 17 de agosto la sede nacional de la Conadi, ubicada en el centro de la ciudad de Temuco.
Según la versión policial, los comuneros se hicieron fuertes en la última planta del edificio, por lo que los agentes procedieron a desalojarlos por la fuerza. En la toma participaban también ocho menores, agregaron.
Por el momento se desconoce si la treintena de detenidos tras el desalojo de la sede nacional de la Conadi pasará hoy a disposición judicial.
Los comuneros, ocuparon la sede de la Conadi en protesta por lo que consideran la ocupación de tierras que les pertenecen desde tiempos ancestrales, así como la militarización que, según ellos, ha ordenado el Gobierno en municipios como Ercilla y Collipulli, donde existe una fuerte presencia policial.
Antes del desalojo, los ocupantes habían mantenido conversaciones con el director de la Conadi, Alberto Pizarro, y estaban a la espera de que viajara a la zona el ministro de Desarrollo Social.
La semana pasada, organizaciones mapuches intentaron infructuosamente entrevistarse con el ministro del Interior, Jorge Burgos, para entregarle su versión de lo que está sucediendo en la Araucanía.
Ello, después de que los empresarios transportistas de esa región -donde vive la mayor parte de la población mapuche- llegaran el pasado 27 de agosto hasta el palacio de La Moneda para exigirle al Gobierno que pusiera fin a los ataques que sufren en el sur del país.