Asunción, 14 jul (EFE).- Un plantel de jóvenes componen la selección indígena de fútbol de Paraguay, que fue presentada hoy y que partirá a Chile para medirse en la I Copa Americana de Fútbol de Pueblos Indígenas, donde buscarán también el reconocimiento en el exterior como pueblos originarios del país sudamericano.
La selección, integrada por miembros de los pueblos guaraní occidental, avá guaraní, enlhet norte, enlhet sur, guaraní ñandeva, aché y nivaclé, recibió la indumentaria oficial en un acto en la sede de la Secretaria Nacional de Deportes, donde han estado concentrados antes de su cita en Chile, entre el 16 y el 25 de julio.
Se trata de una gran oportunidad para que sus cualidades futbolísticas tengan repercusión, ya que no hay indígenas ni en la selección absoluta ni en las alineaciones de los clubes de la primera división de la liga paraguaya.
«Ojalá se den cuenta de que sabemos jugar al fútbol y nos den más oportunidades, tanto en Paraguay como en otros países. No sé si se puede hablar de racismo en el fútbol, pero es cierto que a los indios nos hacen muchos reproches», dijo Claudio Amarilla, un avá guaraní de 26 años.
El deportista recordó que, pese a que existe una teoría que indica que fueron los indígenas guaraníes quienes inventaron el fútbol en la época de los misioneros jesuitas, en los siglos XVI y XVII, «parece que de ahí en más ya no se les dio la oportunidad de jugar a los inventores del fútbol».
Pese a ello, epítetos como «la sangre guaraní» o la «garra del león guaraní» se repiten en las crónicas y retransmisiones de los comentaristas deportivos, especialmente cuando se trata de contar ajustadas victorias o heroicas remontadas.
«La garra guaraní es la voluntad y la actitud que tenemos los indios. A pesar de tanto sufrimiento y sacrificio que llevamos, aún así seguimos luchando. Ésa es la sangre guaraní, que no sólo pertenece a los paraguayos, sino que nació de nosotros los indígenas, de la selva, de nuestros ancestros», contó a Efe Lidio Vera, un avá guaraní de 22 años que juega como volante derecho.
De estas mismas raíces asegura también que proviene el fútbol, que recibía el nombre en guaraní de «manga ñembosarai» (juego de la pelota con los pies), y que los nativos jugaban «como recreación, sin reglamento y sin arcos, y sólo jugando a evadir los adversarios con la pelota», explicó Vera.
Lamentó sin embargo que hoy en día las comunidades indígenas no cuenten con canchas adecuadas o con el seguimiento técnico necesario para entrenarse como profesionales.
«No es que haya discriminación, es que los indígenas no tenemos preparación para llegar hasta las altas instancias. Si tuviéramos un poco más de acompañamiento y de infraestructura, estoy seguro de que muchos chicos llegarían a jugar en la selección absoluta», opinó.
César Benítez, técnico de la selección, aseguró a Efe que «a la vuelta de Chile muchos de estos muchachos van a estar como mínimo en clubes de la división intermedia».
«Nos hemos encontrado a atletas con condiciones muy buenas, innatas, así que en estos últimos tres meses les hemos formado más en el aspecto táctico», contó Benítez.
Según el seleccionador, el hecho de que jugadores con tan buena madera queden excluidos de los clubes importantes es un «gran error» que se debe a que «los captadores de talentos no se van a las comunidades indígenas» para nutrir las canteras de sus equipos.
Agregó también que «muchos jugadores no quieren desarraigarse y dejar a su gente y su cultura y tampoco se acercan a los grandes clubes», por lo que su acceso a infraestructuras deportivas y formación se reduce.
«Hay muchas comunidades en el Chaco, de donde vienen algunos de nuestros jugadores, en las que llevar a un profesional bueno supondría un costo muy elevado que las comunidades no podrían pagar. Se tendrían que buscar otros mecanismos para financiar esos operativos y capacitar a jugadores», expuso Benítez.
El técnico aseguró que, pese a que no saben cuál será el nivel de sus rivales, ya que no hay antecedentes de una competición similar entre indígenas latinoamericanos, cree que Paraguay «estará entre los mejores».
Cerca de 116.000 personas, el 1,68 % del total de la población de Paraguay, se reconocen como indígenas, el 76 % de los cuales se encuentra en situación de pobreza extrema, según datos de 2014.