martes, 11 de marzo de 2014
Bachelet y el desafío de cumplir su palabra

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Santiago. Por Paulina MODIANO/Efe/SAH
Es su segunda oportunidad. En la primera no se animó pero en ésta promete hacer cambios que, si cumple, convertirán a Chile en otro país. Michelle Bachelet, la primera mujer reelegida presidente de Chile, asumió  el poder con la palabra empeñada en dar una nueva Constitución, lograr una educación libre y gratuita, aumentar los impuestos -más que Piñera- a las empresas y, entre otros objetivos, terminar con las desigualdades sociales.
Bachelet recibió la banda presidencial de manos de Isabel Allende, hija del fallecido presidente Salvador Allende y primera mujer en ocupar ese cargo. La imagen es histórica y más de un nostálgico recordó al presidente que prefirió darse un tiro antes que rendirse al golpe de Augusto Pinochet.
«En este tiempo Chile se ha mirado a sí mismo y ha decidido que es momento de iniciar transformaciones de fondo. La victoria de esta jornada es un sueño colectivo que triunfa», dijo Bachelet.
Pero lo que le espera a la presidenta no se perfila para nada fácil. Su Gobierno partirá con una economía con signos de desaceleración y donde difícilmente se mantendrán las altas tasas de empleo alcanzadas durante la Administración de su antecesor, el conservador Sebastián Piñera.
Ello, combinado con altas expectativas sociales que, en parte, fueron alimentadas por la propia Bachelet en su campaña, pero que venían desde mucho antes y que se manifestaron ruidosamente en las calles en 2011, cuando los estudiantes levantaron sus exigencias de una educación gratuita y de calidad.
La exdirectora de ONU Mujeres también ha cambiado. Ahora sonríe menos, guarda más silencios y permanece rodeada de un estrecho «circulo de hierro», que está atento a cualquier acceso que alguien desee tener a ella.
«Siempre he sido madura y seria, pero sigo siendo súper alegre», reconoce la candidata.
Aunque su aura haya mutado, no es timidez o inseguridad precisamente lo que irradia. Por el contrario, la nueva Michelle se muestra más decidida a impulsar grandes cambios.
Con un programa que despertó severas críticas de la derecha gobernante, Bachelet quiere reemplazar la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet, garantizar la educación gratuita y de calidad y subir los impuestos a las empresas de un 20 a 25 %.
La propia presidenta ha reconocido que su proyecto es ambicioso, pero tiene a su favor una gran popularidad y los buenos resultados que la Nueva Mayoría obtuvo en las últimas parlamentarias, que le dan mayoría en ambas Cámaras del Congreso.
Bachelet, en todo caso, tiene experiencia en enfrentar escenarios cuesta arriba.
El camino recorrido no ha sido fácil para esta médico cirujana, pediatra y epidemióloga de la Universidad de Chile, de 62 años, que domina seis idiomas, se casó dos veces, está separada y es madre de tres hijos.