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Discurso de Gabriel Boric
Quito, 5 sep (EFE).- El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, planteó hoy la posibilidad de una reunión bilateral entre sus colegas colombiano, Juan Manuel Santos, y venezolano, Nicolás Maduro, para tratar la situación en la frontera entre ambos países.
Correa, en su habitual informe de los sábados, dijo que Santos y Maduro eran «buenos amigos» y que por esa razón debería haber un acercamiento entre ambos, al tiempo de revelar que esta semana habló por teléfono con el mandatario colombiano.
«Llamé al presidente Juan Manuel Santos, no había podido conversar con él. Nos tiene muy preocupados la situación Colombia-Venezuela», señaló Correa y dijo que probablemente hará lo mismo este día con Maduro.
«No pude conversar con Nicolás Maduro, que estaba de viaje», en una gira por China y Vietnam, recordó el ecuatoriano.
«Queremos interponer nuestros buenos oficios para que entre hermanos, entre naciones hermanas, dialogando, se arregle cualquier problema», agregó al señalar que también tiene previsto hablar con «Tabaré Vázquez, presidente de Uruguay y actual presidente pro témpore de Unasur», la Unión de Naciones Suramericanas.
Esa conversación pretende «ver si logramos una reunión bilateral, en Montevideo, donde sea. Pero hablando se entiende la gente», agregó Correa tras recordar que incluso el expresidente colombiano Álvaro Uribe (2002-2010) se reunió con el fallecido mandatario venezolano Hugo Chávez (1995-2013), pese a sus diferencias ideológicas.
«¡Cómo no se van a reunir Juan Manuel Santos y Nicolás Maduro si, además, eran buenos amigos!», remarcó Correa.
El jefe de Estado colombiano puso tres condiciones el jueves pasado para reunirse con su homólogo venezolano y discutir soluciones a la crisis fronteriza.
La primera fue permitir el paso para que los estudiantes colombianos que se educan en Venezuela puedan cruzar la frontera para asistir a los centros educativos, a lo que Venezuela respondió con la apertura el viernes de un «corredor humanitario».
Las otras dos condiciones de Santos fueron que se permita a los colombianos deportados recuperar los enseres que dejaron en Venezuela, y que las autoridades de ese país «cumplan con los protocolos mínimos y no maltraten a los colombianos que van a ser deportados».
Según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), desde el pasado 19 de agosto, día en que Maduro ordenó el cierre del principal paso fronterizo con Colombia, seguido del estado de excepción en una franja limítrofe de la región del Táchira, al menos 1.355 colombianos fueron deportados.
Otros 15.000 colombianos han regresado por propia cuenta a su país procedentes de Venezuela ante el temor de la deportación, agregó el organismo en un balance divulgado este viernes.