martes, 15 de septiembre de 2015
Delegados de Unasur y la ONU asisten desde hoy a diálogos de paz colombianos

La Habana, 15 sep (EFE).- Los delegados de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para el proceso de paz de Colombia participan desde hoy en los diálogos entre el Gobierno colombiano y las FARC, a los que asisten en calidad de asesores para el tema del fin de conflicto.
El exministro uruguayo de Defensa, José Bayardi llegó a la mesa de conversaciones como enviado de la organización latinoamericana -cuya presidencia mantiene actualmente su país-, junto al representante de la ONU, el diplomático francés Jean Arnault, según indicaron a Efe fuentes cercanas al Gobierno.
Nombrados respectivamente en julio y agosto pasados, Bayardi y Arnault asistirán a los negociadores de la guerrilla y el Estado colombiano en el diseño de un sistema de verificación internacional de los acuerdos para el cese definitivo de las hostilidades.
El nombramiento de estos expertos responde a la petición de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, quien ha destacado el «aporte positivo» de la presencia de estos expertos en la mesa de conversaciones, que tiene su sede permanente en La Habana desde noviembre de 2012.
Sobre su presencia en los diálogos, las FARC agradecieron hoy «profundamente» que los organismos internacionales «detengan su mirada en Colombia» y «extiendan su mano generosa» para apoyar la solución del conflicto».
Sin este «solidario acompañamiento» sería «infructuoso» el esfuerzo por buscar la paz, dijo en nombre de las FARC, Carlos Antonio Lozada, jefe de la Subcomisión Técnica por la insurgencia al inicio de su primera reunión con los enviados.
Los diálogos de paz prosiguen actualmente en un nuevo ciclo, iniciado el viernes pasado, que continuará trabajando en los temas de reparación a las víctimas y la resolución del fin de conflicto.
En su comunicado diario, la insurgencia instó hoy al Gobierno a conceder a los campesinos las «280.000 hectáreas de tierra en el Caquetá que supuestamente pertenecían a las FARC»; en lugar de otorgarlas a transnacionales extranjeras «en detrimento de la naturaleza y los nativos».
La insurgencia reafirmó además que la paz no consiste en entregar tierras «solo para que las empresas extranjeras se lleven la riqueza».