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Discurso de Gabriel Boric
Bogotá, 14 jul (EFE).- Con un espectacular montaje marcado por la mezcla de culturas y escuelas de sus bailarines, el English National Ballet, que dirige la española Tamara Rojo, trae a Bogotá la icónica «El Lago de los cisnes», que por primera vez se representará de forma completa ante el «expresivo» público colombiano.
En apenas dos funciones, programadas para este fin de semana en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, Odette volverá a convertirse en cisne por embrujo del malvado hechicero Rothbart, quien la sumirá en una pesadilla de la que solo podrá salvarla el príncipe Sigfrido.
La particularidad del montaje, como explicó hoy Rojo en rueda de prensa en Bogotá, reside en la combinación de una producción «tradicional» con una forma de bailarla «moderna».
«Con bailarines de una técnica de hoy en día, probablemente toda la capacidad física y artística que un bailarín joven tiene», apuntó la española, que dirige y protagoniza este clásico de Tchaikovsky.
La acompañan sobre el escenario un multicultural elenco en el que destacan el mexicano Isaac Hernández, como protagonista masculino, la japonesa Erina Takahashi y el británico James Streeter, una muestra de la mezcla no solo de culturas, sino también de escuelas de aprendizaje que ahora nutren el English National Ballet.
Aunque una obra de esta magnitud suele conllevar presión por el respeto hacia la versión original, la española defiende que una nueva mirada e interpretación no resta fuerza al espíritu del ballet, puesto que el público sigue identificándose con la historia.
«Lo bueno de los clásicos es que el concepto moral es tan fuerte que eso no debe importar tanto, mientras la base moral de la historia siga siendo consistente, cualquier ser humano se puede ver reflejado y ‘El lago de los cisnes’ es una obra muy fácil para verse reflejado», aseguró.
«El Lago de los Cisnes» que traen a Bogotá completa una gira que incluyó Pekín, Tianjin y Guangzhou, en China, así como a Singapur y más recientemente Madrid.
La capital colombiana es una parada especial porque será la primera vez que en el país se representen de forma completa las dos horas y cincuenta minutos de la obra y por la orografía del país andino, que ha obligado a mover las fechas de viaje de los bailarines.
«El ballet está muy preparado. Lo que sí hemos hecho es venir antes de lo acostumbrado a Colombia para tener más tiempo para habituarnos a la altura», comentó Rojo.
Hernández, estrella mexicana en ascenso que ya bailó en Colombia el año pasado, confesó entre risas que aprendió la lección de aquella experiencia y un mes antes de llegar a Bogotá se preparó en el gimnasio «un poco mejor para no pasarlo tan mal en el escenario».
Anécdotas aparte, para la directora de la compañía resulta especialmente gratificante la buena relación generada con la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia, que interpretará intensamente los inolvidables temas de Tchaikovsky para que estos sean tan importantes como los pasos de los bailarines.
Rojo espera que ante la música en vivo y lo especial del montaje la respuesta de los colombianos sea tan «expresiva» y «calurosa» como la que ha experimentado frente a otros públicos latinos.
«Mi experiencia con los latinos es que son muy expresivos, yo soy latina y a mí eso me gusta, salir a escena y sentir que están conmigo desde el principio, que les gusta realmente y que no hay miedo al arte, se siente parte de ello. Así que eso es lo que esperamos, un publico latino que suele ser caluroso», declaró.
Para convencer a los indecisos que aún pueden hacerse con una entrada, la directora del English National Ballet recuerda que la suya es «una de las mejores compañías de ballet del mundo» y que, con la presencia de «uno de los mejores bailarines del mundo», en referencia a Hernández, prometen emocionar.
«No se lo deben perder porque no van a poder volver a ver un espectáculo así en mucho tiempo», advirtió.