sábado, 5 de septiembre de 2015
Exembajador venezolano dice que visita de Almagro a frontera marca precedente

Cúcuta (Colombia), 5 sep (EFE).- El exembajador venezolano en la ONU Diego Arria consideró hoy que la visita del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, a la frontera de Colombia con su país, marca un «precedente» y demuestra que ejerce su cargo al margen de esa «secuestrada» organización.
«El secretario general ha dado una demostración de que ejerce su cargo plenamente y se hace presente en una situación como esta», declaró Arria a Efe en el puente internacional Simón Bolívar, que comunica a Cúcuta (Colombia) con San Antonio, en el estado venezolano de Táchira, y permanece cerrado desde hace más de dos semanas.
Arria, que fue embajador de Venezuela en la ONU entre 1991 y 1993, está en la oposición al presidente de su país Nicolás Maduro.
El diplomático y exministro consideró que el comportamiento de Almagro, de nacionalidad uruguaya, es «opuesto a su organización, que de una manera vergonzosa sigue siendo secuestrada por un grupo de países que reciben ayuda económica, política de Venezuela».
«Me parece realmente un precedente muy distinto a los secretarios anteriores. Los uruguayos tiene un gran orgullo por la tradición que ese país tiene en materia de derechos humanos y él la está ejerciendo también», añadió.
Arria, quien ha sido acusado por Caracas de estar presuntamente vinculado a «planes conspirativos», se refirió así al Consejo Extraordinario celebrado el pasado lunes en Washington a petición de Colombia, que no logró cristalizar entonces su aspiración de convocar a los cancilleres del organismo interamericano para tratar la situación en la frontera colombo-venezolana.
El presidente Maduro, ordenó el pasado 19 de agosto el cierre del principal punto entre Colombia y Venezuela y posteriormente declaró un estado de excepción que alcanza alrededor de 160 de los 2.219 kilómetros de frontera común.
Además de los cierres las autoridades de ese país procedieron a la deportación de más de un millar de colombianos, mientras que centenares más huyeron hacia Cúcuta por temor a correr la misma suerte.