jueves, 6 de agosto de 2015
La cara y la cruz de Bogotá 477 años después de su fundación

Carlos Meneses Sánchez
Bogotá, 6 ago (EFE).- La capital colombiana celebra hoy su 477 cumpleaños en pleno desarrollo económico y con el desafío de superar los problemas medioambientales y de movilidad, así como la pobreza que se concentra en la periferia.
Desde que el sacerdote fray Domingo de las Casas ofició el 6 de agosto de 1538 la primera misa en una iglesia precaria en el lugar que hoy ocupa el céntrico Parque de Santander, Bogotá ha crecido hasta convertirse en uno de los motores de la economía colombiana con un aporte del 25 % en el Producto Interior Bruto (PIB) del país, según cifras de «Invest in Bogotá».
La fecha de la primera misa es tomada como oficial del asentamiento fundado por el conquistador español Gonzalo Jiménez de Quesada con el nombre de Santa Fe que hoy, casi quinientos años después, es una urbe que se acerca a los ocho millones de habitantes.
«En los últimos cinco años hemos tenido un crecimiento sostenido cercano al 4 % con un producto interno bruto de cerca de 93.000 millones de dólares (…) Es una economía más grande que varios países latinoamericanos como Costa Rica o Uruguay», explicó a Efe el director ejecutivo de este organismo, Juan Gabriel Pérez.
«Invest in Bogota» es una agencia creada por la Alcaldía y la Cámara de Comercio de la ciudad para promocionar las inversiones extranjeras en la capital.
Bogotá es una «ciudad atractiva para los negocios» con una tasa de desempleo que se sitúa en el 8,7 %, según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) para el trimestre móvil marzo-mayo 2015.
Pero más allá de las buenas perspectivas macroeconómicas, Bogotá tiene otra cara menos amable, como la de los más de 100 asentamientos irregulares que se agolpan en su periferia.
La directora social de la ONG Techo Colombia, Daniela Carvajalino, muestra su preocupación por cómo los bogotanos entienden esta problemática ya que encuentran «altos niveles de indiferencia y de no entender qué significa vivir en un asentamiento».
En su mayoría, son familias que han sido obligadas a abandonar sus hogares debido al conflicto armado que atraviesa el país desde hace más de 50 años y que ha dejado millones de desplazados en total.
La tasa de pobreza se sitúa en la capital, en el 10,1 %, mientras que la de extrema pobreza alcanza al 1,9 % de la población.
Muchas de estas familias se concentran en el sur de la ciudad, la otra Bogotá, la de las calles sin asfaltar, el tráfico de drogas, la prostitución y la de los picos de violencia.
La urbe colombiana muestra también su peor cara en materia medioambiental con una contaminación que la sitúa entre las capitales latinoamericanas con peor calidad de aire, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del año pasado.
En opinión del director de ONU-Hábitat Colombia, Edgar Cataño, «la ciudad gasta mucha energía en movilidad» porque todos los horarios (colegios, trabajos y distribución de mercancía) coinciden y se concentran en una misma zona lo que genera atascos interminables.
No obstante, en ese intento por reducir la congestión vehicular, el Gobierno colombiano incluyó la primera línea del metro de Bogotá en el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018.
Por otro lado, la ciudad «tiene aún grandes déficit en el tema de manejo y administración de los residuos», lamentó Cataño, quien también denunció el mal estado en el que se encuentra el río Bogotá.
No es extraño ver cuando cae la noche filas de bolsas negras de basura apiñadas en una farola esperando a que pase el camión, eso si los restos no han sido esparcidos previamente por la calle por aquellos que se ganan la vida reciclando de manera informal.
Para celebrar la fecha, la Alcaldía ha engalanado la ciudad con multitud de eventos lúdico-deportivos en el «Festival de verano» con más de 40 actividades que se desarrollarán simultáneamente durante todo el fin se semana en el Parque Simón Bolívar y otros espacios públicos para que la población disfrute de su ciudad.