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Discurso de Gabriel Boric
Bogotá, 8 jul (EFE).- Las colombianas reivindicaron hoy los recuerdos que han atesorado durante 50 años de violencia como vehículo indispensable para redactar la memoria del conflicto armado y sobre todo sus estragos, que en muchas ocasiones solo dejan a mujeres como testigos.
Ellas guardan, en la intimidad de sus hogares, relatos de masacres y graves violaciones de los derechos humanos que ahora, cuando Colombia comienza a construir la llamada «memoria histórica», resultan fundamentales, según se destacó en un foro celebrado hoy en Bogotá.
El «Foro internacional Memoria Histórica y Verdad de las Mujeres en Colombia», organizado en la Universidad Javeriana por la Ruta Pacífica y la Casa de la Mujer, destacó los aportes que ellas pueden realizar en esta compleja tarea, donde muchas denuncias de atrocidades carecen de documentación física.
Por eso, contar con sus denuncias «es un ejercicio colectivo de aprender a recordar» algunos trágicos episodios, destacó en la apertura del foro el director del Instituto Pensar, Roberto Carlos Vidal.
Vidal fue el moderador de una mesa redonda compuesta por varias expertas en la construcción de la historia desde el punto de vista del enfoque de género, que en el caso colombiano también está presente en las negociaciones de paz entre el Gobierno y las FARC.
En las intervenciones se subrayó que el hecho de que la memoria de las mujeres esté recogida fundamentalmente en relatos orales no es óbice para que éstas sean incluidas en la construcción nacional de la historia del conflicto.
Como expuso la filóloga española Pura Sánchez Sánchez, investigadora de los atropellos al que fueron sometidas muchas mujeres durante la represión franquista, «se debe ampliar la categoría de documento histórico» para que sean incluidas las narraciones femeninas.
Sánchez dijo que durante su investigación sobre el franquismo, periodo que deja «140.000 personas desaparecidas», según cifras citadas por la filóloga, las mujeres españolas desarrollaron «una memoria resistente».
Así, «aparece un nuevo protagonismo de las mujeres» vital para construir la historia, que en el caso de Colombia tiene que evitar que unos discursos se impongan a otros porque eso sería «la muerte de la memoria».
En el foro también participó la directora del Museo Nacional de la Memoria, Martha Nuria Bello, quien subrayó durante su intervención que en este centro, actualmente en construcción, pretende integrar estos relatos para convertir la memoria en «legado, tributo y duelo».
«Buscamos que el visitante se indigne, se horrorice y se hastíe de esta guerra», afirmó Bello.
En ese recorrido se tendrán en cuenta los impactos del conflicto «desde el punto de vista diferencial», pues no padecieron sus efectos de igual manera hombres y mujeres, o indígenas y afrodescendientes, apuntó.