sábado, 12 de abril de 2014
Las FARC, disparar en tiempos de paz y de elecciones
farc-vs-santos

Las FARC pidieron al Gobierno del presidente Juan Manuel Santos, un «verdadero compromiso»

Bogotá. Por Ovidio CASTRO MEDINA/Efe/SAH

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC), tensan la cuerda y disparan contra sus presuntos objetivos: La Paz. Desde noviembre de 2012 negocian en Cuba un acuerdo de paz con el Gobierno colombiano pero en las últimas semanas se suceden los atentados y acciones bélicas en el país. La proximidad de las elecciones presidenciales -en mayo- no son ajenas a este recrudecimiento del accionar de la guerrilla más antigua del continente.

Las partes concluyeron hace una semana en La Habana el decimotercer ciclo de los diálogos en el cual las FARC pidieron al Gobierno del presidente Juan Manuel Santos, un «verdadero compromiso» con la paz, un reclamo como el que le hace a ese grupo guerrillero la sociedad colombiana cansada de la violencia. Y es que mientras en Cuba avanzan las negociaciones, en Colombia las FARC se las arreglan para seguir atentando contra policías, militares y civiles y contra la infraestructura energética. Pese a que desde que se iniciaron los diálogos en La Habana el país ha vivido periodos de relativa tranquilidad, últimamente se han recrudecido los ataques, principalmente en el suroeste, con un saldo de quince policías muertos en esta ofensiva, nueve de ellos en el departamento de Nariño, limítrofe con Ecuador.

El caso que más ha conmocionado a los colombianos fue el del mayor Germán Méndez Pabón y su compañero, el patrullero Edílmer Muñoz Ortiz, quienes fueron secuestrados por miembros de las FARC en marzo pasado y sus cadáveres con señales de tortura fueron encontrados tres días después en una zona rural de Nariño, un crimen que Santos calificó de «vil asesinato que no va a quedar impune». A eso se suma una cadena de atentados contra la red de oleoductos que ha paralizado por semanas las exportaciones de crudo y causó el despido de 500 trabajadores de empresas contratistas de la estadounidense Occidental en los campos Caño Limón y Caricare, en Arauca, frontera con Venezuela.

FARC2

Miembros de las FARC

Según datos de medios locales, los ataques guerrilleros a la infraestructura petrolera en los últimos 27 años han dejado derrames de 4,3 millones de barriles de crudo, una cantidad que se acerca a la de la catástrofe de abril de 2010 en el golfo de México, considerada el peor derrame petrolero de la historia, con 4,9 millones de barriles vertidos en el Atlántico. Algunos analistas ven en estos ataques un afán de las FARC de mostrar fuerza de cara a las elecciones presidenciales del próximo 25 de mayo y también en la mesa de negociación en la capital cubana, pero para otros los recientes atentados son una señal de debilitamiento de esa guerrilla.

En esta línea se sitúa el director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), Jorge Restrepo, quien considera que hay unas FARC «debilitadas» en lo militar y que «su participación con la violencia en estas elecciones presidenciales va a ser muy limitada». Según Restrepo, en otros periodos electorales las FARC han desatado ofensivas mucho más largas e intensas, pero no se puede descartar que algún grupo de los más radicales de esa guerrilla pueda cometer un atentado terrorista mayor con la intención de mostrar los dientes al próximo gobierno, sea del presidente Santos, que busca la reelección, o de otro candidato. «Es un riesgo, mínimo, pero hay que tenerlo en cuenta», dice Restrepo.

Sea con la intención que fuere, si las FARC intentan influir con sus acciones en el proceso electoral, han tomado el camino equivocado porque sus acciones refuerzan el discurso de candidatos como el del movimiento uribista Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga, fuerte crítico de las negociaciones de paz y defensor de la mano dura con la guerrilla. En cambio al presidente Juan Manuel Santos, que después de haber propinado a los rebeldes los más duros golpes cuando fue ministro de Defensa y ahora ha decidido apostar todo por la paz, las acciones de las FARC le pueden restar puntos por la sensación de algunos sectores de la población de que ha sido blando con la guerrilla últimamente.
Santos ha intentado minimizar esas críticas y esta semana, tras recordar los golpes a las FARC y a los grupos armados al margen de la ley afirmó: «Por eso me muero de la risa cuando algunos me acusan de ser débil en seguridad».