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Esther Rebollo
Bogotá, 11 jun (EFE).- El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, un neoliberal que fue ministro de Defensa del derechista Álvaro Uribe, ha optado de forma insólita y bajo la bandera de la paz por aliarse con la izquierda como única opción para ser reelegido el próximo domingo en las urnas.
El giro de Santos, un político tradicional de la llamada oligarquía bogotana y quien siempre ha estado más a la derecha que a la izquierda, responde al traspiés que ha sufrido en la recta final de la campaña y a la avanzada de su rival, el uribista Óscar Iván Zuluaga, el más votado en la primera ronda electoral del 25 de mayo.
Su último objetivo es lograr la paz a través del diálogo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), un ambicioso proyecto que inició en 2012 en Cuba y que busca terminar con 50 años de conflicto armado, pero en el que muchos de sus compatriotas, la mayoría conservadores, desconfían.
A esto se ha añadido el anuncio, este último martes, de que el Gobierno de Santos y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda en importancia tras las FARC, iniciaron en enero pasado conversaciones exploratorias para abrir un proceso de paz.
La gran paradoja es que, tras el triunfo de Zuluaga en la primera vuelta, los partidos de izquierda, movimientos sociales, sindicatos, artistas e intelectuales han pasado de ser los más críticos a los valedores de Santos.
Desde los líderes de la comunista Unión Patriótica hasta la polémica exsenadora Piedad Córdoba, siempre cercana a la Venezuela chavista, piden apoyo para Santos a través de los medios, de las redes sociales y en la propia calle con el lema «Vota por la paz».
Y es que Zuluaga representa los ocho años de gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010), quien optó por la vía militar para acabar con la guerrilla en Colombia y provocó el exilio de muchos que pensaban diferente.
Frío, poco carismático y un apasionado jugador de póquer, Santos llegó a la Presidencia en 2010 dispuesto a seguir los postulados de su antecesor, pero se distanció y eligió otro camino.
Como ministro de Defensa asestó los más duros golpes militares a las FARC e hizo frente al gran escándalo de los «falsos positivos», cuando el Ejército mató a miles de civiles y les hizo pasar por guerrilleros muertos en combate con el único objetivo de engordar los éxitos militares.
Juan Manuel Santos nació el 10 de agosto de 1951 en Bogotá, en el seno de una de las familias más poderosas de Colombia y, desde niño, se movió entre los entresijos del poder, siempre imbuido en las ideas del Partido Liberal.
Su tío abuelo Eduardo Santos fue presidente (1938-1942) y su familia dirigió durante décadas El Tiempo, el periódico más influyente del país.
Comenzó su carrera política en Londres en 1972 como representante de Colombia ante la Organización Internacional del Café y a su regreso fue subdirector de El Tiempo.
En 1991 fue designado por el liberal César Gaviria ministro de Comercio Exterior y, durante el Gobierno del conservador Andrés Pastrana (1998-2002), ejerció como titular de Hacienda.
En 2004 se apartó del liberalismo para respaldar a Uribe y se sumó al Partido de la U, la fuerza que ganó las elecciones en 2006 y 2010, y al que hoy sigue perteneciendo.
Aficionado a las apuestas y adicto al poder, Santos es arriesgado y lo demostró abriendo un diálogo de paz con las FARC a sabiendas de que tendría muchos detractores.
También recompuso las relaciones con Ecuador y Venezuela, rotas durante el Gobierno de Uribe, y congeló un convenio militar con EE.UU. por el que se iba a poner a disposición de ese país siete bases militares. Aún así, cerró el Tratado de Libre Comercio con la Administración de Barack Obama.
Entre sus iniciativas está la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, que rubricó en 2011 junto al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y el Marco Jurídico para la Paz, base legal para estructurar el postconflicto.
Santos es un gran conocedor de los entresijos políticos, ha gobernado con el apoyo de prácticamente todos los partidos y con la única oposición de Uribe, quien le ha acusado de «castrochavista» y ahora, en esta campaña, de usar dinero del narcotráfico.
Y la izquierda ahora es su aliada en la segunda vuelta electoral.
Casado con María Clemencia Rodríguez y padre de tres hijos, Santos es doctor en Leyes, estudió Economía y Administración de Empresas en la Universidad de Kansas, Economía y Desarrollo Económico en la Escuela de Economía de Londres y Administración Pública en Harvard, además de Periodismo.
El presidente y candidato es autor de varios libros, entre ellos «La Tercera Vía: una alternativa para Colombia», que escribió junto al exprimer ministro británico Tony Blair.
Santos quedó segundo en la primera vuelta con el 25,47 % de los votos frente a Zuluaga, que obtuvo el 29,24 %.
Ahora las encuestas para la segunda ronda electoral arrojan resultados dispares, unas colocan como vencedor a Santos y otras a Zuluaga, lo que augura una competición inédita en Colombia.