Quito, 30 jul (EFE).- El presidente de Ecuador, Rafael Correa, vinculó hoy los estallidos de tres artefactos explosivos ocurridos desde mediados de mes en la ciudad costera ecuatoriana de Guayaquil con intentos de desestabilización contra su Gobierno y con lo que llama un «golpe blando».
«Solo les queda la fuerza», dijo Correa al negar la «legitimidad» de grupos de izquierda que, según él, pudieran estar detrás de estas acciones, que no causaron heridos y que fueron perpetradas el 13 de julio en la sede del movimiento oficialistas Alianza País y la noche del pasado miércoles en las cercanías de los diarios El Universo (privado) y El Telégrafo (público).
El artefacto que estalló ante la sede de El Universo llevaba una nota en la que se atribuía también el atentado contra la sede de Alianza País, según el diario, mientras que El Telégrafo informó de que el lanzado ante sus instalaciones fue acompañado de un mensaje del ‘Frente de Liberación Nacional’, con un texto firmado por un ‘Comandante Ramiro’.
El texto alerta de que se trata de un ‘primer comunicado’ y critica al Gobierno de Rafael Correa», señaló el diario en su edición digital.
En un encuentro con medios de comunicación en Guano (provincia andina de Chimborazo), el mandatario dijo que el ataque a la sede de Alianza País «lo han reivindicado estos grupos» y señaló que el uso de bombas panfletarias «es el mismo método» que empleaba «el Grupo de Combatientes Populares vinculado al MPD» (Movimiento Popular Democrático), extinta fuerza de izquierdas.
Para Correa, tras estas acciones están grupos de izquierda «instrumentalizada por la derecha», que perdieron su poder con el actual Gobierno y son «gente violenta, extremadamente violenta» .
En su opinión, los integrantes de estos grupos «se ven prevalidos» por el apoyo de la derecha y se unen a los ataques de sectores conservadores al Gobierno con el objetivo de lograr su caída.
«Dijeron: nos llegó la hora. Como hay dificultades económicas, Correa va a perder apoyo. Como la derecha también lo está atacando le atacamos todos», resumió el mandatario, quien consideró que «pierden su tiempo» y advirtió de que «van a recurrir a la violencia porque no tienen apoyo».
Según el gobernante, estas estrategias se inscriben en lo que llama «un golpe blando» articulado y muy bien organizado para hacer caer a Gobiernos progresistas de Latinoamérica como el que él encabeza.
Y como parte de esa estrategia, diferentes fuerzas a las que «no les interesa el país, sino solo sus propios intereses», se unen, según Correa, quien citó al excandidato presidencial y líder de la formación CREO Guillermo Lasso, al grupo político indígena de oposición Pachakutik y al MPD.
Estos políticos y movimientos, según dijo, no se parecen «en nada, solo en su odio a Correa» y no buscan rectificaciones del Gobierno, sino su desestabilización, pero aseguró que serán derrotadas en las elecciones presidenciales de 2017.
«Estos actos de violencia no los vamos a permitir. En paz, pero con firmeza, todos los ecuatorianos a rechazar a los violentos», apostilló el jefe del Estado.