El presidente de Ecuador desguaza un diario molesto con las informaciones que publica

Por Carmen DE CARLOS, para SudAméricaHoy (SAH)

La polémica está servida. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, propuso a través de Twitter, someter a referéndum la eliminación de los diarios de papel para, según él, evitar la tala indiscriminada de árboles. El argumento cae por su propio peso pero refleja, una vez más, el encono que tiene Correa con la prensa.

El mandatario lanzó la propuesta como reacción a las críticas recibidas a su decisión de permitir la explotación petrolera en una zona del Parque Yasuní de la Amazonía que está declarado reserva mundial de la biosfera.

“Ahora -escribió en Twitter el presidente- los mayores “ecologistas” son los diarios mercantilistas. Bueno, si vamos a consulta popular propondremos también diarios solamente digitales para ahorrar papel y evitar tanta tala indiscriminada de árboles”.

El director de la Asociación Ecuatoriana de Editores de Periódicos, Diego Cornejo, salió al paso de estos comentarios y dijo que aún era demasiado temprano para saber si Correa, realmente, avanzaría con un referéndum. «El presidente –añadió- tiene la facultad de convocar las consultas que desee y preguntar si se quiere eliminar la circulación de diarios de papel”.

La idea del referéndum suena tan ridícula, por no decir cómica, como parece pero el trasfondo tiene poca gracia. El mensaje, a fin de cuentas, no es otro que el de la amenaza.

Los medios de comunicación y los periodistas no son/somos “mirlos blancos” o “nenes de pecho” que no nos merezcamos llamadas de atención pero en los últimos tiempos, en determinados países de Sudamérica, pareciera, injustamente, que encarnamos todos los males del cosmos.

Es sabido que el círculo de gobiernos que entiende las relaciones con la prensa como un combate de boxeo lo construyen, con sus matices, aquellos que manifiestan –a veces de forma exagerada e inverosímiles- afinidades electivas. Correa es un claro ejemplo pero lo mismo sucede en la Venezuela que hoy preside Nicolás Maduro, en la Bolivia de Evo Morales y en la Argentina de Cristina Fernández de Kirchner.

En Brasil, pese a las tiranteces, Dilma Rousseff se mueve con otras premisas. Lo mismo se puede decir en Chile con Sebastián Piñera, en Perú con Ollanta Humala, en Colombia con Juan Manuel Santos, en  Uruguay con José Mujica y en Paraguay –aunque sea pronto- con Horacio Cartes. En todos estos países los periodistas miran con lupa la labor del Gobierno. Es su obligación aunque pueda resultar, en ocasiones, incómoda pero en ninguno se les trata como lo hacen Rafael Correa, Nicolás Maduro, Evo Morales y Cristina Fernández de Kirchner. Sería bueno preguntarse por qué ellos son diferentes. Aunque las explicaciones fueran papel (de diario) mojado.