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Paula Escalada Medrano
México, 14 jul (EFE).- Para el bailaor español Farruquito, el flamenco es más respetado en el extranjero que en España, una situación «triste» que tiene que cambiar algún día puesto que en el país natal de este arte «todos tenemos alguna conexión» con él.
«Parece ser que a veces se le echa más cuenta fuera de España. Es triste pero es que lo tengo que decir porque es una realidad», dijo a Efe en una entrevista en la capital mexicana.
Aunque no lo sabe a ciencia cierta, cree que esto se debe a que «cuando tú tienes el flamenco cerca, cuando tú miras cosas cerca de la casa, no te interesan tanto», algo que él ve en hechos como que en su escuela de flamenco de Sevilla (sur de España) «90 por ciento de los alumnos que yo tengo son de fuera» y para que lleguen alumnos de España cuesta mucho más.
«Tengo la esperanza de que eso algún día cambie porque pienso que nosotros en nuestra tierra somos los primeros que tenemos que defender la música de nuestra historia y de nuestra cultura», dijo el artista, hijo del cantaor Juan Fernández Flores, el Moreno, y de la bailaora Rosario Montoya Manzano, la Farruca.
«Yo tengo la esperanza de que algún día eso cambie porque como bien digo todos tenemos alguna conexión con el flamenco, si no es a través de nosotros es a través de nuestros mayores. Ha sido historia de nuestra tierra, por lo que deberíamos profundizar un poco en ella o al menos interesarnos en conocerla», agregó.
Juan Manuel Fernández Montoya, conocido popularmente como Farruquito, se encuentra en México para actuar en el Lunario del Auditorio Nacional el próximo sábado 18 de julio con su espectáculo «Improvisao».
Esta es la primera vez que el bailaor actúa en solitario en la capital mexicana y enfrenta esta actuación «con mucha ilusión» porque, además, «en México entienden muy bien el flamenco», agregó.
«La gente de México son muy pasionales también y el flamenco es mucho de eso. Por tanto creo que se sienten muy identificados con nuestra cultura y con nuestra música, y son capaces de expresarla de una manera muy bonita», dijo.
Heredero de una dinastía flamenca, Farruquito siente un profundo respeto por su abuelo Farruco, y es por ello que ahora se encuentra escribiendo un guión sobre su vida que espera ver algún día proyectado en los cines.
«Deseo que la gente entienda el porqué bailaba Farruco así, que no venía de la técnica ni del aprendizaje porque a él no le había enseñado nadie; que no venía de una estructura musical o coreográfica. Farruco bailaba así porque le había tocado vivir una vida increíble», explicó el bailaor de 32 años.
Pese a que él mismo maneja una escuela de este arte nacido en Andalucía, Farruquito piensa que el flamenco va más allá de las escuelas pues «es una cultura», y para aprenderla de verdad hay que meterse dentro.
«No pienso que una persona pueda llegar a ser flamenca en un estudio frente a un espejo, haciendo muchas veces el mismo paso o la misma técnica. Hay que vivir un ambiente flamenco para escuchar y ver cómo interpretan y cómo sienten el arte», apuntó el artista.
Además de arte, para el bailaor el flamenco ha sido «una terapia, una filosofía, una forma de vida».
«Cuando uno tiene ese afán de decir ‘Quiero que me reconozcan o llegar a no sé dónde’ viene el flamenco y te dice ‘Tranquilo, el éxito está en ti, tienes que sentirte satisfecho con lo que estás haciendo, sigue trabajando, sigue entregándote a tu profesión y a tu gente’. Ahí es donde el flamenco mismo te aconseja y uno puede ver qué hace bien a lo largo del tiempo», sentenció.