domingo, 13 de junio de 2021
«Banco de México», por Federico PONCE

Por Federico PONCE ROJAS, para SudAméricaHoy

En México como en otros países, la autonomía que la ley debe conferir al Banco Central para que éste, en el ejercicio de sus funciones, provea de la mejor manera a la satisfacción del interés público…Francisco Borja Martínez. (QEPD)


Desde su independencia nuestro país ha vivido una economía súmante accidentada y desde luego vinculada necesariamente a la economía mundial, la cual en Europa a partir de finales del XIX concibe la necesidad de crear una Banca Central. El motivo es conseguir regular las políticas monetarias, responsabilizándose de la emisión de moneda de curso legal; es el Banco de Inglaterra el primero en asumir este papel, pero como Banca privada.


Durante el porfiriato corresponde a los bancos privados emitir papel moneda con el respaldo de metales preciosos. En 1884 el Banco Nacional de México desde su fundación, hace las veces de Banco Central, con el pago de impuestos, pago de deuda y emisión de billetes únicos para el pago de obligaciones.


En 1913 nace la Banca Central norteamericana conocida como “FED” e inmediatamente se vuelve un referente determinante para el resto de America. El deteriorado sistema bancario del porfiriato aunado a la emisión de billetes de facciones revolucionarias de billetes de circulación regional, cuya valor se perdía súbitamente, los préstamos forzosos que el dictador Victoriano Huerta imponía a todos los bancos del país, la fuga de capitales y la incautación del gobierno, de los pocos bancos que operaban, aceleró aún más el deterioró.


El Primer Jefe Constitucionalista Carranza propone la creación de una sola Banca para emitir billetes, considerándolo un “atributo de soberanía». Así nace constitucionalmente en al artículo 28 de nuestra Carta Magna el principio de la autonomía del Banco de México.


En 1936 se publica la Ley Monetaria, con el objeto de limitar el crédito al gobierno, nunca se aplicó debido a la política expansiva del aumento del gasto público, el desequilibrio fiscal, déficit de la balanza comercial, la inflación, y la primera devaluación del peso de $3.60 a $5 pesos por dólar en el régimen del presidente Cárdenas. Durante la II Guerra Mundial, las cosas no fueron mejor, aumento del gasto público, e inflación; que si bien las reservas habían aumentado no había en qué gastar, pues la fabricas producían solo materiales de guerra .


No es sino hasta 1958 a 1970 cuando la coordinación fiscal y el control monetario entre Hacienda y Banco de México logran una estabilidad económica con un 3.5 % de inflación, 6.5 %de crecimiento y 6% de aumento salarial, todo esto anualmente. Las acciones de regímenes estatistas y populistas desestabilizan la economía nacional continúamente; de 1970 a 1982, abuso y dispendio del gasto público provocaron de nuevo el caos financiero.


Del 1982 a 1994 existen varios regímenes que regeneran la economía, reduciendo el gasto público, re privatizando la banca, abriendo la comercialización y renegociando de la deuda y apertura comercial, (TLC ) cuando Banco de México logra la autonomía constitucional.


Desde 1994 a 2018, se repiten los trastornos económicos. El préstamo Clinton y la línea de crédito con el FMI atemperan el problema, probado está que el Banco de México, ha sido hasta la fecha, la mejor herramienta para coadyuvar a la recuperación de la estabilidad económica del país. Los azarosos precedentes históricos y difícil camino que ha recorrido el BANCO DE MÉXICO, para alcanzar su autonomía y su desempeño en la economía mexicana, no puede ser minada por decisiones caprichosas, que si bien son facultad del Ejecutivo proponer al próximo gobernador y corresponde al Senado su aprobación, obsecuente con el ejecutivo, aprobará sin resquicio alguno la propuesta presidencial del próximo gobernador de este este Órgano Constitucional Autónomo .