EL VIDEO
Discurso de Gabriel Boric
La lengua, la suya, la nuestra y la de todos los que hablamos español, se soltó a sus anchas en el Congreso de Córdoba (Argentina). Cada cual la movió a su gusto, con acento propio y gracejo nacional. La de Marcos Mundstock, alma y corazón de Les Luthiers, dejó boquiabierto a un auditorio, asombrado, con el «infinito» y no «finito», juego de palabras del argentino. Joaquín Sabina le puso otro tono, más castizo mientras Mario Vargas Llosa firmó la sentencia, con letra y voz hispanoperuana, contra los despropósitos de Andrés Manuel López Obrador. El presidente Mauricio Macri, anfitrión del Congreso, volvió a demostrar que tiene más voluntad que don de la palabra y el Rey de España que hasta la Corona sufre, a veces, lapsus linguae al recordar a Borges.