EL VIDEO
Discurso de Gabriel Boric
Por Alfredo BEHRENS, para SudAméricaHoy
Éramos todos jóvenes, allá por los años 60 en América Latina. Predominaba la ideología de la inmortalidad, de la belleza, y del poder también. Y así quedamos. Poco después sobrevino la Guerra Fría y nos corrieron a todos. Algunos regresaron algo desactualizados, como si hubiese habido Hitler sin Stalin. Envejecimos antes de madurar. Ahora somos viejos, machistas, narcisistas e intolerantes. Nuestras mujeres aprendieron el arte del camuflaje, disimulando el arte de la asertividad sin conflicto, mientras que nosotros seguimos rechazando las prótesis más diversas, del bastón a los aparatos de audición.
Pero resulta que ahora sí que nos estamos tornando ancianos. Lo que era ineluctable se tornó irremediable. Para el 2050 se calcula que en América Latina la proporción de personas mayores de 65 años, al acercarse a un quinto, podría ser entre 4 y 5 veces mayor que la que fue en 1960. Esos, los de 65 o más años en 1960, murieron todos. Con ellos se fue su historia, y mucho de la nuestra.
Como nos acostumbramos a ser de países jóvenes, estamos todos mal preparados para envejecer. Dejamos que murieran en vida nuestros vínculos significativos, perdimos los sindicatos junto con la plasticidad de nuestra piel. Nos arrugamos y nos aislamos, creímos que trabajando más ganaríamos más y podríamos comprar más, pero no fue así. Nuestros países se estancaron y los jóvenes se fueron buscando horizontes más halagüeños.
¿Qué hacer? Escuchar a Raquel Berman, de pies juntos, una y otra vez. Y practicar sus enseñanzas, antes de que sea demasiado tarde. Dejémonos de ser mecánicos y aprendamos a ser jardineros, a ser mentores de los jóvenes, con humildad, ya no para disciplinarlos, sino para compartir nuestras vidas, apuntalándolos como podamos. Ellos ganarán en identidad y en empatía al descubrir que son apenas ramas de un árbol muy antiguo. De paso, también calentaremos nuestros corazones.