miércoles, 3 de marzo de 2021
«El próximo pasajero», por Luli DELGADO

Por Luli DELGADO, para SudAméricaHoy

No sé si alguna vez lo llegaron a ver, porque de tanto estar allí termina por no existir, pero en todos los baños de los aviones hay un letrero que dice, más o menos: “Como cortesía al próximo pasajero, deje el baño aseado”.

Yo, siempre hago lo que puedo, aunque ya, al final del vuelo, sobre todo si es largo, constatamos que mucha gente se olvidó de leerlo o, simplemente, lo ignoró. A lo que voy es que ese letrero debería servirnos de ejemplo para nuestro cotidiano. Como cortesía al próximo pasajero, consuma menos plástico, o trate de usar su carro lo menos posible o inclusive, no tire colillas a la calle o, aún mejor, deje de fumar.

En la adolescencia de mi hija se hizo muy famoso un cantante, Jack Johnson, quien adoptó el lema de reuse, reduzca y recicle. Me pareció un resumen fantástico como opción de vida. Los venezolanos por su parte, explicaron cómo en América Latina eso de reciclar no es nada nuevo. En uno de tantos mensajes me llegó lo que podría catalogarse como sus reglas de juego de toda la vida: Donde muere una toalla, nace un trapo de limpiar. Un frasco de mermelada vacío es un nuevo vaso, si se acaban el jugo o la leche, nace una jarra para el agua de la nevera. Los potes de helado y margarina vacíos son excelentes “toppers”, y las bolsas de supermercados son ideales para la basura o inclusive como gorros de baño.

Pero ahora, veamos quiénes son los próximos pasajeros. Además de los osos polares, las nieves del Kilimanjaro y muchas especies en extinción, los próximos pasajeros son nada menos que nuestros hijos y nietos, los hijos y nietos de la gente que queremos.2

¡Es de pensárselo! Así que tanto en el baño de los aviones, que por las razones que vivimos ahora usamos poco, como en el resto de nuestra vida, tratemos de dejar las cosas lo mejor posible para el resto de nuestros queridísimos pasajeros. reduzcan, reúsen y reciclen, a su manera. Tampoco es tanto pedir.