jueves, 14 de abril de 2016
Seguridad para el desarrollo

FedericoPor Federico PONCE ROJAS

@fpr_enlinea

La seguridad pública es la base fundamental de todo desarrollo social. Sin seguridad, paz o tranquilidad social no puede haber actividad humana que dé vigencia a un país o viabilidad a los gobiernos. Sin seguridad no hay democracia ni desarrollo productivo.

Por ello es fundamental la conclusión a que llega, y la compartimos, el Jefe de la Policía de la Ciudad de México, Hiram Almeida Estrada, al comparecer ante legisladores locales. La seguridad es la base de todo desarrollo, ya que permite el desenvolvimiento armónico de la actividad en comunidad y hace vigente el Estado de derecho; la seguridad garantiza el orden y nos recuerda que suscribimos un pacto social mediante el cual cedimos a la autoridad la tutela de nuestra vida, nuestras propiedades y el castigo al quebranto de la ley para evitar la venganza o la justicia de propia mano.

Hiram Almeida Estrada

Hiram Almeida Estrada

Hiram Almeida recomendó que en el nuevo marco legal para la Ciudad de México, que es su propia Constitución, se establezca a la seguridad como derecho fundamental inherente e inalienable de las personas, el cual hay que defender de cualquier riesgo ante terceros. El también abogado enfatiza en su propuesta que la seguridad debe concebirse no solo de manera punitiva, sino bajo un esquema garantista y preventivo, en el que el ilícito sea visto como un atentado a la seguridad de toda la sociedad y no solo para el individuo que fue afectado.

La idea contempla también un cambio de paradigma para crear políticas públicas que posibiliten un cambio cultural, legislativo y de procesos que tutele la seguridad como un bien individual y social.

Por ello urgió en la necesidad de abandonar el esquema tradicional que supone al policía como el eje de la seguridad y reduce el conflicto a un problema de policías y ladrones; más aún, habrá que cambiar la idea de que el combate a la delincuencia solo se logra con el endurecimiento de las penas, las labores policiales de disuasión y el papel reformatorio de los sistemas penitenciarios.

Un mundo cada vez más globalizado y con nuevas tecnologías ha transformado el concepto de delito y sus ignotas expresiones han afectado de manera significativa las condiciones económicas y destruido el tejido social. Hoy las políticas preventivas de la seguridad pública deben enfocarse no solo al combate de la delincuencia, sino atender las condiciones sociales que propician o facilitan las conductas delictivas.

 Miles de ciudadanos marcharon con las fotografías de los 43 jóvenes desaparecidos en la ciudad de Iguala el pasado año.Foto. Mario GUZMÁN (Efe)

Miles de ciudadanos marcharon con las fotografías de los 43 jóvenes desaparecidos en la ciudad de Iguala el pasado año.Foto. Mario GUZMÁN

En la Ciudad de México, donde cohabitamos 20 millones de personas -9 millones que aquí radicamos y 11 millones flotantes que todos los días trabajan, estudian, comercian y se divierten– necesitamos ser vistos y atendidos bajo esquemas novedosos que garanticen la pacífica convivencia. Almeida Estrada propone un nuevo modelo de gestión policial que garantice esa armonía social. Apoyado en 20 mil cámaras de video vigilancia y cerca de 200 mil alarmas vecinales, la incorporación de nuevas tecnologías y un nuevo marco legal, seguramente se potencializará el margen de seguridad de nuestra metrópoli.

Para darnos idea de lo que hace la policía, cabe destacar el manejo cotidiano de multitudes. Por ejemplo, durante la visita papal hubo que dar seguridad a dos millones de ciudadanos; la Fórmula 1 reunió a más de un cuarto de millón de personas; para los estadios de futbol se debe garantizar el orden de un aforo superior a los seis millones de individuos; en eventos artísticos y culturales se resguarda la tranquilidad de nueve millones de asistentes; en eventos religiosos la asistencia es de 12 millones de feligreses y tan solo en el último año hubo 9 mil movilizaciones sociales con más de cuatro millones de participantes.

Así, la Ciudad de México deberá fortalecer sus instituciones de seguridad y justicia con nuevas herramientas tecnológicas, inteligencia policial, modernización, capacitación, profesionalización y un diseño logístico operativo basado en la “tendencia cero”. Es decir, reducir la incidencia delictiva a su mínima expresión.

Pope Francis passes Mexico's flag as he arrives to lead his general audience in St. Peter's Square at the Vatican April 23. (CNS photo/Paul Haring) (April 23, 2014) See POPE-AUDIENCE April 23, 2014.

El Papa en México en su visita de hace dos años

Esperamos que la intervención del Secretario de Seguridad Pública de la Ciudad de México haya tocado las fibras de los actuales legisladores locales y del futuro Congreso constituyente para que en la nueva norma máxima que tendremos los chilangos, se privilegie este nuevo concepto de seguridad y se establezcan los instrumentos necesarios para hacerlo funcionar. La Ciudad de México tiene nuevos retos y para enfrentarlos debe contar con el andamiaje necesario que garantice el orden y la paz pública como base del desarrollo social.

* Catedrático de la Universidad Anáhuac. México Norte y Vicepresidente de la Academia Mexicana de Derecho Internacional