domingo, 12 de septiembre de 2021
«Venecia reconoce el talento del cine iberoamericano»,por Ernesto PÉREZ

Por Ernesto PÉREZ, para SudAméricaHoy

Este 78o. Festival Internacional de Cine de Venecia será recordado sobre todo por la neta afirmación del cine latinoamericano, nunca tan presente en esta manifestación con 17 películas de este origen,
superando además a cualquier otra región del planeta que no fuese Europa.
   Una presencia no solo numérica sino también de calidad habiendo ganado premios en todas las cuatro secciones del festival, Concurso, Horizontes, Venice Days-Jornadas de los Autores y la Semana Internacional de la Crítica.
  
 No cabe duda que la presencia más conspicua del cine de América Latina
fue en el concurso, donde habitualmente aparecen uno o al máximo dos títulos de este origen, a veces dando la impresión de serlo por lástima o para llenar un vacío geográfico en el programa.
  Este año los cuatro del concurso se contaban entre los títulos más
esperados debido a que se trataba de obras de autores ya premiados en el
festival como el venezolano Lorenzo Vigas con “La caja” (León de oro por “Desde allá” en 2015), el chileno Pablo Larraín con “Spencer”
(premio UNIMED
por “Ema” en 2019 pero ya admirado por “Post Mortem” en 2010), los argentinos Gastón Duprat y Mariano Cohn con “”Competencia oficial” (Copa Volpi al mejor actor Oscar Martínez por “El ciudadano ilustre” en 2016) y el mexicano Michel Franco con “Sundown” (León de Plata por “Nuevo orden” en 2020). 
  No obstante, el jurado del concurso oficial presidido por el
cineasta sudcoreano Bong Joon Ho, no consideró premiar ninguno de los films latinoamericanos, que debieron conformarse con premios menores
.

Así, el de Cinema por UNICEF, organismo de las Naciones Unidas para la
infancia, que el año pasado había sido para el mexicano Michel Franco por
“Nuevo Orden”, fue para el film mexicano “La caja” del venezolano
Lorenzo Vigas, que recibió también el premio Sfera 1938 mientras el
brasileño “Deserto particular” de Aly Curitiba recibió el premio del
público en votación directa, con el 62,6 por ciento de los votos, de la
sección “Venice Days”, seleccionada por la asociación de directores de
cine italianos.
  También en “Horizontes”, reseña paralela oficial, suerte de
informativa que contaba con jurado propio, se contaban cuatro largometrajes y dos cortos llegados de México (dos), Brasil (dos), Chile y Bolivia, de los cuales el boliviano “El gran movimiento“ de Kiro Russo recibió el premio especial del jurado y una mención especial de parte de la Fundación FAI compartida con “7 prisioneiros” del brasileño Alexandre Moratto, también galardonado como mejor film extranjero del jurado “Un sorriso diverso” dedicado a películas que mejoren la vida de las personas mientras el mejor corto resultó ser el chileno “Los huesos” de Cristóbal León y Joaquín Cociña.
   Finalmente, en la 36a. Semana Internacional de la Crítica, reseña
reservada a primeras y segundas obras, seleccionadas por uno de los dos
sindicatos de críticos italianos, el colombiano “Eles transportan a
morte” de Helena Girón y Samuel M. Delgado recibió el premio Mario
Serandrei por la mejor contribución técnica.

  El 78o. Festival Internacional de Arte Cinematográfico concluyó con
éxito y sin problemas de Covid premiando lo que un jurado consideró los
mejores de los 21 films de casi 50 países, llegados de todos los rincones del
planeta.
  Así “L’événement” de la francesa Audrey Diwan, que recuerda al
público de hoy la tortura y la tragedia del aborto clandestino precedente a su legalización, recibió un merecido León de Oro
a la mejor película mientras el de Plata-Gran Premio Especial del Jurado fue para el autobiográfico “E’ stata la mano di Dio” del italiano Paolo
Sorrentino. Donde la mano de Dios del título no se refiere al gol marcado por Diego Armando Maradona contra Inglaterra en los cuartos de final del Mundial de Fútbol de 1986 sino a la afortunada decisión del director, fanático de Napoli, de no acompañar a sus padres a su casa en la montaña donde murieron por un escape de gas, para ver un partido del Pibe de Oro. 
  La actriz norteamericana Maggie Gyllenhaal, en su debut como directora con “The Lost Daughter”, fue premiada por su hermosa y ajustada adaptación a la pantalla de la novela de Elena Ferrante “ La figlia oscura”, premio que todos daban por seguro que ganarían los argentinos Gastón Duprat y Mariano Cohn por el guión original de “Competencia oficial”, cuya actriz principal, la española Penélope Cruz, recibió la Copa Volpi a la mejor actuación femenina pero por el otro film en el que concursaba, “Madres paralelas” de Pedro Almodóvar.
  Otros premios fueron el especial del jurado al documental italiano “Il
buco” de Michelangelo Frammartino, recreación de la expedición
espeleológica de 1961 que exploró lo que es hoy por su dimensión la segunda mayor gruta de Europa y el Mastroianni al mejor actor debutante al también italiano Filippo Scotti por su interpretación del joven Sorrentino en “E’stata la mano di Dio”.   
  A doce años de su film anterior, “Bright Star”, la directora
neocelandesa Jane Campion se alza con el premio a la mejor dirección por su western “The Power of the Dog” mientras el jurado daba lo peor de sí
mismo premiando la actuación del filipino John Arcilla en la serie TV “On
the Job: The Missing 8”, un policial a la “Gomorra” para nada comparable
con la estupenda interpretación de Toni Servillo en el italiano “Qui rido
io”.
  Entre los films injustamente olvidados por el jurado figuran “The Card Counter” de Paul Schrader (muy bueno su guión y la actuación de Oscar Isaac) y los franceses “Illusions perdues” de Xavier Giannoli,
extraordinaria adaptación de la novela homónima de Honorato de Balzac y
“Un autre monde” de Stéphane Brizé, impresionante retrato de la injusta
sociedad contemporánea que patrocina la deslocalización y la reducción de
empleos como único medio para tonificar la economía, con un espléndido
Vincent Lindon, el actor fetiche del director.