Por Federico PONCE ROJAS, para SudAméricaHoy

En tiempos donde el turismo es sinónimo de futuro para México  es digno de reconocerse el progreso de un estado como Yucatán, de suyo rico en historia, de personalidad propia que lo hace diferente al resto. Actualmente mantiene una cultura distinta, con una mayoría de su población que habla la lengua maya y respeta las tradiciones locales.

Mayab tierra milenaria “de escogidos”, en la que se desarrolló una de las más grandes culturas de América, indómita por décadas ante la conquista, con aires de independencia y libertad, hoy vive en paz y armonía. Hablamos de un estado (lugar 32) con un índice de baja condición de inseguridad conforme a incidencia delictiva al mes de febrero de 2018. (Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Publica).

Yucatán es tierra de brutales encuentros entre libertad y opresión, opulencia y pobreza. Cuna del oro verde (henequén); de la primera constitución estatal (1825) de la modernidad antes que la ciudad de México con sus tranvías y luz eléctrica entendió hace tiempo el valor del turismo.

Alejada de la capital, comunicada únicamente por vía marítima por décadas y aérea hasta los años treintas, no es hasta los cincuenta que llegan los ferrocarriles. Y ya en los sesenta, las carreteras para unir a la península con el resto del país.
El contacto comercial, cultural y turístico era más accesible con Cuba, EEUU y desde luego Europa, en aquellos días, que con la propia Ciudad de México.
En 1841 Yucatán proclama su independencia de México y en 1846 hasta 1848 se erige en República.

La vastísima historia de la península de Yucatán ha completado muchos libros, pero sobretodo le ha dado un carácter y una idiosincrasia única.
Es en estas tierras en las que mexicanos comprometidos y entregados con su país apuestan al turismo como fórmula para compartir con el resto de México y del mundo, riquezas naturales, históricas y culturales incomparables.
Es en el Mayab donde encontramos lugares arrancados al paraíso y en los que la inversión mexicana ha logrado premios de tal magnitud, obtenido por “Chablé Resort & Spa” como el mejor hotel del mundo con el premio Prix Versailles 2017, otorgado por la UNESCO, en asociación con la Unión Internacional de Arquitectos. Fue una enorme satisfacción escuchar a los trabajadores de este maravilloso hotel, oriundos de Chocholá Yuc. expresarse con tanto orgullo de su lugar de trabajo.

Qué decir del Restaurante Néctar del Chef Roberto Solís que ha generado una verdadera evolución de la cocina yucateca con su amplia experiencia obtenida en restaurantes como Noma de Dinamarca, Fast Duck de Inglaterra, el Narisawa de Tokyo. La propuesta del yucateco Solís, es poner desde Mérida, la cocina yucateca a la vanguardia.

Cuanta riqueza de nuestro México y cómo ayudará un nuevo y moderno aeropuerto a seguir consolidándonos como potencia mundial en turismo y multiplicar ejemplos como Chablé y Néctar que hay muchos en nuestro país.

Reconocimiento franco a las empresas orgullosamente mexicanas, Grupo Hamak por su generosidad y a “Business Boutique” por su impecable organización para con un grupo de líderes en su ramo y realizar la visita mágica en las tierras del Mayab, el pasado fin de semana, al habernos regalado la oportunidad de encontrarnos con riquezas tan nuestras.