miércoles, 9 de septiembre de 2015
Jesuita español pide a presidente paraguayo actuar por chóferes crucificados

Asunción, 9 sep (EFE).- El sacerdote jesuita español Francisco Oliva, junto con representantes de organizaciones sindicales, pidió hoy mediante una carta remitida al presidente de Paraguay, Horacio Cartes, que intervenga en el caso de los 20 chóferes de autobús crucificados desde hace 69 días en la capital paraguaya.
La carta, firmada además por defensores de los derechos humanos como Martín Almada, Premio Nobel de la Paz alternativo y representantes de trabajadores, expresa la «indignación, condena y repudio» por los «actos antisindicales» de la empresa propietaria de la línea 49 de autobús, de la que fueron despedidos 51 trabajadores dos días después de haber conformado un sindicato.
Denuncia además que los chóferes de la compañía trabajaron por más de diez años «bajo explotación laboral, abusos de poder y tratos inhumanos por parte de la patronal», con «jornadas de trabajo excesivas», cobrando salarios por ronda y no sueldos mensuales, y sin derecho a la seguridad social.
Lamentan además que los trabajadores crucificados hayan sido víctimas de la «represión directa» y la «criminalización de las luchas sociales, como en la época de la dictadura militar» de Alfredo Stroessner (1954-1989).
Los firmantes de la misiva critican también la actitud del propietario de la empresa, el diputado del opositor Partido Liberal Celso Maldonado, y del ministro de Trabajo, Guillermo Sosa, al que tildan de «verdugo de la clase trabajadora» y de «conocido nostálgico de la dictadura» por no atender a los reclamos sindicales.
Precisamente Sosa dijo este martes ante la Cámara de Diputados que «reclamar mediante crucifixiones es una medida absolutamente ilegal».
«En nuestro país existen libertades: libertad de reunión, de asociación, constitución de sindicatos, derecho a huelgas, protestas y manifestaciones, pero no hay legislación que ampare el querer imponer criterios en base a crucifixiones», afirmó, según un comunicado de la Cámara Baja.
También calificó de «hecho lamentable que no debía ocurrir» al enfrentamiento entre policías y manifestantes que se produjo el pasado 27 de agosto ante la sede del Ministerio de Trabajo y que dejó al menos 30 heridos, entre ellos varios chóferes crucificados.
De los 20 conductores en protesta, 14 permanecen con las manos clavadas a cruces de madera frente a la sede del Ministerio de Trabajo, en el centro de Asunción, y cumplen hoy doce días en huelga de hambre, expresó a Efe María Candia, secretaria de la Federación Paraguaya de Trabajadores del Transporte.
Dos de ellos tienen además los labios atravesados con clavos, y se suman a los seis trabajadores crucificados en la parada de la línea 49 en la ciudad de Limpio, en el Gran Asunción.
Los trabajadores reclaman la readmisión de los 51 chóferes despedidos y el reconocimiento de su sindicato por parte del Ministerio de Trabajo.