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Discurso de Gabriel Boric
Brasilia, 13 jul (EFE).- Los cancilleres de Brasil, Mauro Vieira, y de Paraguay, Eladio Loizaga, analizaron hoy la agenda de la Cumbre del Mercosur, que se celebrará a partir de mañana en Brasilia, y aprovecharon la reunión para discutir asuntos de carácter bilateral.
El viernes, antes de la clausura de la Cumbre de Brasilia, el mandatario paraguayo, Horacio Cartes, recibirá de su homóloga brasileña, Dilma Rousseff, la presidencia rotativa del bloque, que ejercerá hasta fines de este año.
Los ministros no hicieron declaraciones a los periodistas, pero fuentes oficiales brasileñas dijeron a Efe que ambos coincidieron en que una de las principales prioridades para el bloque que integran Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela es la negociación para un acuerdo comercial con la Unión Europea (UE).
Esas tratativas se arrastran sin éxito desde hace más de tres lustros, pero ahora ambas partes se han comprometido a presentar antes de fin de año sus respectivas ofertas, lo que supondría la apertura formal del proceso negociador.
Tanto Brasil como Paraguay coinciden en que «se debe avanzar en ese proceso» a fin de ampliar los horizontes para las exportaciones de los países del Mercosur, que necesitan «una mayor apertura» para conquistar nuevos mercados, dijeron las fuentes consultadas por Efe.
El programa de la Cumbre semestral del Mercosur comenzará mañana, cuando los ministros de Relaciones Exteriores de los cinco países se reunirán en Brasilia para hacer un repaso de los asuntos que, al día siguiente, discutirán los presidentes.
También está previsto que participen delegaciones de Bolivia, país que está en proceso de adhesión al bloque, así como de Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Surinam y Guyana, que tienen estatus de Estados asociados.
En el aspecto bilateral, Loizaga y Viera analizaron la relación comercial, que el año pasado alcanzó la marca histórica de 4.400 millones de dólares, y se comprometieron a estudiar iniciativas para potenciarla aún más.
En ese mismo marco, discutieron algunos proyectos de integración fronteriza, como la construcción de un segundo puente sobre el río Paraná, que ayudaría a dinamizar el intercambio comercial.
El coste de ese segundo puente fue calculado en unos 100 millones de dólares, que serán financiados en su mayor parte por Brasil, cuyo Gobierno ha incluido esa obra en sus planes de infraestructuras para los próximos cuatro años.
Ese viaducto ha sido bautizado como «Puente de la Solidaridad» y se unirá al «Puente de la Amistad», inaugurado en 1965, que une Foz do Iguaçu y Ciudad del Este y por el que transitan cada día cerca de 20.000 vehículos y unos 45.000 peatones.