jueves, 15 de agosto de 2013
Los desafíos para los primeros cien días
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Horacio Cartes en el acto de investidura como nuevo presidente de Paraguay/ Foto Efe

Mario Oscar CarricartPor Mario Oscar CARRICART, para SudAmericaHoy (SAH)

Horacio Cartes asume la Presidencia de la República del Paraguay y devuelve al poder al partido Colorado que,tras 61 años ininterrumpidos de Gobierno, debió alejarse de él, derrotado por el destituido presidente Lugo.

Este retorno del partido Colorado al poder marca el fin del fallido ensayo paraguayo de tener un gobierno orientado hacia la izquierda, a tono con otros países latinoamericanos como Venezuela, Ecuador, Bolivia, Argentina, Uruguay y Brasil.

Lugo no solo dejó al Paraguay con una preocupante desocupación y una profunda crisis del patrimonio estatal en lo que refiere al sistema de jubilaciones y pensiones sino también con una grave crisis institucional que generó no solo la destitución del propio presidente y la puesta en duda de la salud democrática del país.

La caída en desgracia del ex presidente paraguayo tuvo una primera consecuencia inmediata, como fue la suspensión del Paraguay como miembro del bloque del Mercosur y el posterior ingreso de Venezuela como nuevo miembro permanente.

El nuevo mandatario, para sus primeros cien días de Gobierno, deberá enfrentar desafíos internos en materia política y económica, externos en relación al Mercosur y personales respecto al cariz que le dará a su Administración.

Por un lado, en materia de política interna, deberá fortalecer el sistema institucional y democrático para despejar cualquier duda que pueda generar este regreso del Partido Colorado al poder, tan adepto en el pasado a perpetuarse en el.

Deberá trabajar fuertemente en el desarrollo democrático y aunque parezca paradójico, en el fortalecimiento de los partidos políticos como reaseguro de la salud de un sistema apoyado no en personalismos salvadores y caudillescos , sino en instituciones políticas como usinas generadoras de ideas y dirigentes que sepan jugar el juego democrático del recambio institucional como efectivo anticuerpo a cualquier ensayo absolutista, tan proclive a suceder por el hemisferio sur de nuestra América.

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Horacio Cartes jura como nuevo presidente/ Foto Efe

En materia económica deberá encarar una fuerte política de atracción de inversiones que generen en el corto plazo nuevos puestos de trabajo a un mercado laboral que ha venido sufriendo una progresiva perdida de la oferta laboral y que preocupa seriamente a la mayoría de la población guaraní.

La crisis del sistema jubilatorio, lo obligará también a ensayar cambios significativos en la edad jubilatoria que ayude a paliar la grave crisis patrimonial del sistema estatal actual. Aquí tendrá su primer gran desafío. Por un lado necesita activar el mercado laboral y por el otro retrasar la edad jubilatoria, situación que de por sí genera un marcado conflicto de intereses. El otro gran desafío de Horacio Cartes es la política internacional que asumirá en relación a sus vecinos y co fundadores del Mercosur.

¿Seguirá confiando en el Mercosur? ¿Aceptará que Venezuela continúe como miembro de este bloque a pesar que en la carta de constitución del Mercosur está claramente establecido que la incorporación de un nuevo miembro debe ser aceptada por todos los miembros fundadores, y Paraguay no lo hizo por encontrarse suspendido al momento de su ingreso?

Paraguay reforzará las relaciones bilaterales con países que no son miembros del Mercosur no solo por la necesidad política y económica de estrechar vínculos con todas las naciones sino también en abierto desafío al bloque que, no solo ha incorporado a Venezuela como miembro permanente, sino también que le ha dado la presidencia Pro Tempore, función que Paraguay reclama para sí.

La asistencia de los presidentes de Uruguay, Brasil y Argentina a la asunción de Cartes, marca la evidente preocupación por normalizar las relaciones con Paraguay y su reincorporación al Mercosur.

Si Paraguay profundiza el conflicto con el bloque por la inclusión de Venezuela puede hacer tambalear seriamente al Mercosur que si bien en los últimos años ha demostrado no cumplir con los objetivos establecidos en su fundación, no hay ningún mandatario que quiera firmar el certificado de defunción de un proyecto que contemplaba la integración de los países del hemisferio sur de América en un mercado común.

Por la propia torpeza de Argentina, Brasil y Uruguay y las ambiciones de exportar la revolución bolivariana de Venezuela, Paraguay se ha transformado en el David que puede tumbar por el piso a un gigante como el Mercosur que torpemente aprendió a caminar en sus años de vida.

Enormes desafíos a los que se enfrenta Cartes para sus primeros días de Gobierno, desafíos que deberá enfrentar consciente que se resuelven con decisiones políticas apoyadas en una visión política de la realidad y entendiendo que al asumir la presidencia de un país uno asume una función política con sus propias reglas a las cuales si uno intenta encararlas con una visión empresaria o de gestión de negocios seguramente sean más los fracasos que los éxitos.

Cartes debe dejar en la puerta de la casa de Gobierno todos sus años como exitoso empresario y dirigente de fútbol e impregnar a su Administración de un fuerte perfil político y democrático que le permita fortalecer la institucionalidad del Paraguay y mejorar la imagen internacional del mismo.