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Discurso de Gabriel Boric
Asunción, 27 ago (EFE).- El sindicalista paraguayo Julio López, dirigente de la Confederación de la Clase Trabajadora (CCT), dijo hoy a Efe que la represión policial de una manifestación de trabajadores que dejó 30 heridos este miércoles en Asunción supone una «peligrosa regresión incompatible con la democracia».
López, quien resultó herido durante los disturbios y recibió cinco impactos de balines de goma en la espalda y dos en la cabeza, denunció que la policía realizó un «uso ilegal y desproporcionado de la fuerza» para reprimir la movilización.
Junto a otros dirigentes sindicales, presentó este jueves un escrito ante la sede de la Fiscalía para protestar por la intervención policial y pedir que se castigue a los responsables, entre los que citan al comisario de la zona y al propio ministro de Trabajo, Guillermo Sosa.
Por su parte, Sosa defendió hoy la actuación policial y acusó a los líderes sindicales de generar «hechos de violencia para ganar notoriedad pública».
Dijo además que los manifestantes «atacaron con piedras, bombas y palos» a los policías, unas acusaciones que López rechazó, y aseguró que los participantes en la movilización «iban desarmados y eran absolutamente pacíficos».
La manifestación de la tarde del miércoles, convocada por siete centrales sindicales, alcanzaba el Ministerio de Trabajo, en el centro de Asunción, cuando se produjo un choque con la policía que dejó al menos 30 heridos por impactos de balines de goma y contusiones por patadas y golpes de porras, según los sindicatos.
López criticó asimismo que, desde hace semanas, esta sede ministerial esté rodeada de vallas metálicas y de policías antidisturbios armados con escudos y porras, que en más de una ocasión le han impedido el acceso al ministerio como representante de los trabajadores.
Este despliegue policial coincidió con la instalación junto al ministerio de una carpa en la que, desde hace casi 60 días, once personas protestan crucificadas y extendidas en el suelo por el despido de 51 trabajadores y la falta de reconocimiento de su sindicato.
López afirmó que estos manifestantes «también fueron víctimas de la feroz represión, pese a estar completamente indefensos», un hecho que, según dijo, «demuestra la saña e irracionalidad con la que actuó la policía».
«La represión de ayer es una expresión extrema de la persecución que sufren los sindicatos en Paraguay, con la criminalización de las luchas sociales para desmovilizar a las organizaciones de trabajadores», expuso López.
El dirigente agregó que los sindicatos paraguayos «observan con preocupación el sometimiento de la Justicia al poder político» al dictar «imputaciones para tratar de amedrentar» a los dirigentes sindicales.
Alertó también a la ciudadanía de que la represión policial, que tildó de «terrorismo de Estado», puede convertirse en un «nefasto precedente» de la «pérdida de derechos y garantías democráticas».
«Sin libertad de organización y manifestación, no podemos hablar de un Estado de Derecho», enfatizó.