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Raúl Cortés
México, 13 oct (EFE).- A balazos. Así ha perdido esta semana su tradicional bajo perfil el estado mexicano de Colima (oeste) después de que el lunes el exgobernador Fernando Moreno Peña fuera blanco de un atentado que ha centrado las miradas en un territorio marcado por agrias pugnas políticas y la acción silenciosa del narcotráfico.
A la espera de conocer el motivo del ataque a Moreno, que de milagro se encuentra «fuera de peligro» tras haber recibido a plena luz del día seis tiros en el cuerpo -uno en el cuello- mientras desayunaba en un restaurante de Colima capital, el modus operandi del atentado no deja dudas: fue por encargo.
Los atacantes «llegaron al restaurante donde él solía ir, al parecer son dos personas, muy posiblemente en motocicleta, copiando el estilo colombiano», indicó este martes a Efe el analista José Reveles.
Moreno fue gobernador de Colima de 1997 a 2003 con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), en el poder en México (1929-2000 y 2012 hasta la actualidad), y es catalogado por Reveles de «político a la vieja usanza priista».
El candidato del opositor Partido Acción Nacional (PAN) a las elecciones a gobernador del pasado 7 de julio, el senador Jorge Luis Preciado, recordó en una entrevista con Radio Fórmula que la víctima estuvo en el ojo del huracán cuando en 2010 fue asesinado a tiros frente a su casa otro exgobernador de Colima, Silverio Cavazos (2005-2009).
«El principal señalado por la esposa del señor Cavazos fue el propio Fernando Moreno Peña», por lo que la fiscalía abrió una investigación y determinó «que un sobrino de Fernando Moreno», actualmente prófugo de la justicia, «era el autor intelectual del homicidio», recordó.
A esa muerte se suma la del gobernador en funciones Gustavo Vázquez en 2005 al sufrir un accidente en una aeronave que fue comprada supuestamente en mal estado y con un sobreprecio de 1,2 millones de dólares, operación con la que también se vinculó a Moreno.
Pero esos crímenes contra la cabeza del Gobierno de Colima no son los únicos. Todavía más atrás en el tiempo, en 1973, el gobernador electo Antonio Barbosa Heldt fue hallado muerto en su despacho con un tiro en la cabeza en un suicidio que nunca se esclareció y que para la fiscalía local pudo ser en realidad un asesinato, recalcó.
«Los atentados contra exgobernadores demuestran el grado de descomposición del estado», concluyó el panista.
Colima (que en náhuatl podría traducirse como «lugar donde dominan los abuelos») es el tercer estado más pequeño de México y de los que tiene más alto índice de desarrollo humano, razón por la cual muy pocas veces aparece en los medios de comunicación mexicanos e internacionales.
Ese perfil discreto, unido a que tiene frontera con dos estados en los que los cárteles de droga son históricamente fuertes (Jalisco y Michoacán) y, sobre todo, a que posee un gran puerto comercial en el océano Pacífico (Manzanillo) le otorgan «un papel muy importante en la ruta del narcotráfico» mexicano, según Reveles.
En su territorio operan el Cartel Jalisco Nueva Generación y el de Sinaloa (de Joaquín «El Chapo» Guzmán»), y en menor medida La Familia Michoacana.
Tal vez por eso «algunos de los cargamentos más fuertes de droga que se han encontrado en México han entrado por ese puerto», subraya el especialista.
En 2001 la Armada de México decomisó 9,5 toneladas de cocaína en un barco atunero mexicano interceptado unos 420 kilómetros al suroeste de Manzanillo, caso por el que fue juzgada Sandra Ávila Beltrán, «la Reina del Pacífico».
En 2007 en la terminal marítima colimense fueron decomisadas más de 23,5 toneladas de cocaína en un buque procedente de Colombia, que hubieran tenido un valor superior a los 400 millones de dólares en el mercado negro y que hasta ahora es una de las mayores incautaciones de drogas de la historia del país.
Por Manzanillo llegan también los precursores químicos para la elaboración de drogas sintéticas, como sucedió en 2010, cuando en pocos meses fueron incautadas allí 360 toneladas de esos productos.
Según Reveles, las drogas «pueden venir en buques de carga y en alta mar las recogen lanchas rápidas» o en «minisubmarinos que bordean la costa pacífica desde Colombia».
Por esa vía transita también de forma ilegal hierro que China «compra en efectivo» cuando llega a destino y que «se produce en Michoacán y Jalisco».
«Parte del negocio de ‘la Tuta’ era ese», agrega el experto en alusión al líder de los Caballeros Templarios, Servando Gómez, capturado este año.
En 2014 las autoridades interceptaron un buque de bandera panameña cuando intentaba zarpar de Manzanillo con destino a Zhoushán (China) con cerca de 100.000 toneladas de hierro extraído ilegalmente de minas de Michoacán por ese último cártel.