jueves, 26 de junio de 2014
Sudamérica, menos coca pero más consumo de «crack» y cocaína

sudamericahoy-columnistas-ignacio-perales-bioPor Ignacio PERALES, para SudAméricaHoy (SAH)

Aunque menos, se sigue plantando. El consumo continúa, más o menos, igual y «el producto» se reparte, geográficamente, de forma muy parecida a la tradicional. La diferencia es que ahora apunta también a países emergentes de otro continente. Hablamos de plantas de hojas de coca, de cocaína, de «crack», de «paco» y de otras hierbas químicas derivadas.

Un informe de esta semana de la ONU arroja datos de producción, tránsito y consumo que ilustra con cierta claridad (nunca es total) cómo está el panorama en Sudamérica, principal región productora y el resto del mundo, incluido Estados Unidos, consumidor  compulsivo desde la época de Pablo Escobar.

Campesinos de los Yungas (bolivia) en campo de plantas de coca

Campesinos de los Yungas (Bolivia) en campo de coca

Las plantaciones de coca se redujeron en 2012 -fecha del trabajo de campo con parte del 2013- a mínimos históricos. Las políticas de erradicación en Colombia han colaborado para lograrlo pero también hay que tener en cuenta lo que pasa en Bolivia y en Perú, los otros dos países que concentran, prácticamente, la totalidad de la producción. Sin embargo,en esta ocasión, según este Informe Mundial sobre las Drogas, la cosa no es muy diferente ya que el número de hectáreas donde crece la hoja de coca ha bajado en los tres.

La Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (Onudd), autora del documento, calcula en un 14 % el descenso de los cultivos a finales de 2012. Traducido a hectáreas éstas se cifran en 133.700 lo que representa «el nivel más bajo desde que se empezó a disponer de estimaciones, en 1990». 

País por país Colombia, el que más ha erradicado, baja un 25 % . Bolivia le sigue los pasos con un 6,9 % menos y Perú con un 3,3 %. No obstante, el mencionado informe observa: «La importancia de esta reciente reducción queda moderada por las mejoras en la eficacia de los procesos de fabricación que se cree que han tenido lugar a largo plazo». En este escenario se explica que «el uso de la cocaína permaneció estable en 2012, con una estimación de entre 14 y 21 millones» de consumidores en todo el mundo.

Paco

Embarazada a punto de consumir «paco»

La serie «Breaking bad» mostró en la televisión «la eficacia» de «los procesos de fabricación» de sustancias «made in» laboratorios en una historia sorprendente que, aunque sea ficción, bien podría estar basada en un hecho real. Gracias a ella (la serie de TV) las drogas sintéticas dejaron de ser un planeta desconocido para los adultos que hoy miran de reojo a sus hijos adolescentes -y mayores de edad- cuando salen de casa. Sin duda, hoy en día, el profesor de química que termina siendo el capo del narcotráfico de «las pastis» tiene cientos de réplicas en el terreno abonado por la coca y sus derivados en Sudamérica.

Las técnicas de elaboración de «la nieve», «merca» o «el polvo blanco», como reconoce la ONU, se han sofisticado. Ahora se «desperdicia» nada o casi nada en  el proceso de fabricación y el «crack», «Paco» o cualquiera de las variables residuales de la pasta base están, por apenas un dólar, al alcance de cualquier persona. Este fenómeno es común denominador en buena parte de Sudamérica. La ONU lo ha dejado pro escrito al advertir que en la región se aprecia un aumento del consumo de cocaína y recordar que en la medición está incluido el crack.

fumando crack

Primera pitada de «crack»

Al hilo de este informe, en el periodo 2004-2005 se contabilizaron 2 millones de consumidores de cocaína en el subcontinente. La cifra en el 2012 aumentó a 3,35 millones. Dicho esto, Estados Unidos sigue siendo uno de los países donde más cocaína se consume. En el 2012 se registró allí un cierto aumento de la prevalencia (el número de personas que probaron la droga al menos una vez ese año) pero según el informe de la ONU ese crecimiento fue sólo una «anormalidad transitoria».
En cuanto a  Europa Occidental, la ONU -informa Efe- detectó también un aumento de la disponibilidad de cocaína, aunque concentrado en los países de tránsito, especialmente España y Bélgica, mientras que el consumo cayó en Francia, Alemania e Italia.
En este contexto la ONU indica que si las cifras de consumo siguen sin concordar con las de disponibilidad, podría deberse a que parte de la cocaína que circula por Europa tiene como destino final mercados emergentes, como Oceanía.