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Discurso de Gabriel Boric
Alberto Masegosa
Bangkok, 12 nov (EFE).- Los líderes de 21 países participarán en la 23 cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) que se celebrará la próxima semana en Manila tras una espiral de tensión en el Mar del Sur de China, una de las zonas más disputadas del globo.
La cita se produce tres semanas después de que EEUU y China mantuvieran un fuerte encontronazo verbal a raíz de que un navío de guerra norteamericano surcara aguas de unas islas de ese mar cuyo control enfrenta a Pekín con otros cinco países de la organización.
Washington justificó la patrulla del destructor USS Lassen en aras de la «libertad de navegación» pero la acción fue calificada de «provocación» por Pekín, y ambas partes se han reservado el derecho de responder si la otra mueve ficha en el archipiélago en el futuro.
Las Islas Spratly están compuestas por 750 atolones, en los que China ha construido islotes artificiales e instalaciones militares.
Y forman parte de una cadena de archipiélagos que cerca geográficamente China continental y cuyo dominio el régimen de Pekín considera fundamental para garantizar su acceso al océano Pacífico, tanto para fines comerciales como estratégicos y de Defensa.
En esa misma cadena se encuentran también otras islas sobre cuya soberanía Pekin mantiene asimismo litigios con diferentes miembros de la APEC; las Islas Senkaku, con Japón, las Islas Paracel, con Taiwán y Vietnam, y las Islas Scarborough, con Filipinas y Taiwán.
Pero las Spratly -que según los expertos albergan importantes reservas de gas y petróleo- son las que concitan más interés; aparte de con el país anfitrión de la cumbre, Filipinas, China se las disputa con Taiwán, Vietnam, Malasia y el sultanato de Brunei.
La reunión de Manila será la primera ocasión en que el presidente de EEUU, Barak Obama, y el chino, Xi Jinping, vuelvan a verse las caras tras su encuentro de septiembre en Washington, que precedió al cruce de advertencias en octubre tras el incidente en las Spratly.
Obama aprovechó también el paréntesis del mes pasado para anunciar el acuerdo comercial mas ambicioso de la historia, que hará de la Cuenca del Pacifico sede del mayor ámbito libre de aranceles y servirá de contrapeso al poder de China en su propio continente.
Liderado por EEUU, el llamado Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) está integrado por una docena de aliados de Washington en la APEC -entre ellos Canadá, Japón y Australia-, que suman entre ellos hasta el 40 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) mundial.
El TPP aún debe ser ratificado por los respectivos parlamentos pero países como Corea del Sur y Colombia -que asistirá por primera vez a una cumbre de la APEC encuadrada junto a Chile, México y Perú en la Alianza del Pacífico-, ya han expresado su deseo de adhesión.
Entre los aspirantes figura también Tailandia, cuyo director de Asuntos Económicos en el Ministerio de Exteriores, Chutintorn Sam Gongsaki, apuntó el aislamiento de China en la APEC tras la creación de la TPP por parte de más de la mitad de miembros del organismo.
En declaraciones a Efe, Chutintorn explicó que «la APEC siempre tuvo el objetivo de incrementar las relaciones económicas y comerciales en el Pacífico, pero no ha tenido mucho éxito, y la creación de la TPP puede conducir a China a buscar otras áreas de expansión».
El diplomático subrayó los esfuerzos que ha comenzado a realizar Pekín por activar la Asociación Económica Integral Regional (RCEP), otra plataforma de cooperación económica y comercial, cuya puesta en marcha se encontraba en pañales hasta la creación de la TPP.
Compuesta por la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y algunos países del Pacífico, la RCEP también incluye China y varios estados del Indico en los que Pekín ha hecho últimamente grandes inversiones para asegurarse asimismo el acceso a ese océano.
Tanto la APEC, como la TPP y la RCEP tienen formalmente como objetivo el incremento de las relaciones y los intercambios económicos y comerciales pero, en palabras de Chutintorn, «cuando hablamos de comercio y economía también hablamos de política».