lunes, 23 de noviembre de 2015
El pueblo natal del expresidente egipcio Mursi da la espalda a las elecciones

Azza Guergues y Marina Villén
Al Edua (Egipto), 23 nov (EFE).- El pueblo egipcio de Al Edua ignora los comicios parlamentarios de hoy, tomado por las fuerzas de seguridad y luciendo como única propaganda electoral descoloridos carteles, que datan de 2012, del derrocado presidente Mohamed Mursi.
En la entrada de Al Edua, cuna del islamista Mursi, una tanqueta del Ejército y un furgón de la Policía reciben a los escasos visitantes que se atreven a pisar esta localidad rural, de unos 25.000 habitantes y de calles sin asfaltar.
El despliegue de seguridad está presente también en los dos centros de votación del pueblo, blindados con sacos terreros y custodiados por militares fuertemente armados apostados incluso en las azoteas.
Como ya ocurrió en las presidenciales de 2014, las sedes electorales han sido ubicadas, para evitar problemas, en un ambulatorio y en un edificio gubernamental situados en el acceso del pueblo, en vez de en los colegios del interior, como es habitual en el resto del país.
Una vez pasado este fortín, los muros del pueblo cuentan otra historia. En pintadas se recuerda la masacre de los partidarios de Mursi en la plaza cairota de Rabaa al Adauiya en agosto de 2013 y se clama venganza.
«No queremos a (el presidente, Abdelfatah) Al Sisi, ni su Parlamento, ni sus elecciones», explica a Efe Imane, que ha boicoteado las legislativas, de las que saldrá la primera Cámara desde la disolución en 2012 de la anterior, dominada por los Hermanos Musulmanes.
Esta mujer denuncia que Al Sisi, el protagonista del golpe militar de julio de 2013 contra Mursi, «robó la Presidencia y ha encarcelado a mucha gente buena y sencilla».
Es interrumpida por otro vecino, que apunta que «el presidente está secuestrado», en alusión al encarcelamiento de Mursi, al que muchos vecinos de Al Edua siguen considerando el jefe de Estado «legítimo».
Así lo expresa Ahmed Abdel Hamid, un joven de 25 años que se niega a participar en las elecciones mientras «el Ejército esté gobernando».
Las manifestaciones a favor de Mursi y de los Hermanos Musulmanes siguen convocándose en el pueblo cada semana, según revelaron varios vecinos a Efe, pese a que al menos trece personas han sido detenidas y dos han muerto a manos de la policía desde el golpe de Estado.
Varios niños hacen con la mano el símbolo de apoyo a la causa islamista, mientras otros, señalando a uno de los burros que salpican las calles, comparan al actual jefe de Estado con este animal.
Pese a que algunos de los que fueron vecinos de Mursi se atreven a romper el silencio, son muchos los que prefieren no hablar con la prensa, alegando que su aparición ante las cámaras les podría llevar directamente a la cárcel.
En medio de este clima, pocos habitantes de Al Edua se han acercado entre ayer y hoy a las urnas para votar en las parlamentarias, que se celebran ahora en trece provincias de Egipto, después de que el resto de regiones lo hiciera en octubre pasado.
En total, 358 personas sufragaron en una jornada y media, de los 7.800 habitantes con derecho a voto, una participación muy débil que los propios jueces de mesa achacan al boicot de la población.
El magistrado Samuel Fayez, a cargo de una de las mesas electorales, reconoce a Efe que en Al Edua los habitantes han boicoteado los comicios «porque es el pueblo del expresidente», al que prefiere no nombrar directamente.
En una habitación de un edificio gubernamental, con las ventanas tapiadas con sacos terreros, Fayez asegura que se han tomado extremas medidas de seguridad y que el proceso electoral se ha desarrollado con «tranquilidad».
Los Hermanos Musulmanes rechazan estas elecciones, que califican de «farsa» porque a su juicio el proceso democrático se detuvo el 3 de julio de 2013, con el derrocamiento «manu militari» de Mursi.
«A cualquier individuo o grupo que defiende la democracia se le ha impedido prácticamente participar. Solo concurren figuras favorables al régimen militar, por lo que votar significa legitimar el proceso», dice a Efe un portavoz de la cofradía, Mustafa al Jatib.
En el centro de votación de Al Edua ubicado en el ambulatorio, los funcionarios explican a los votantes que entran con cuentagotas cómo elegir a los candidatos individuales y a la única lista de partidos que se presenta en esta circunscripción, la por ahora ganadora «Por amor a Egipto», leal a Al Sisi.
Yusef Ahmed, de 70 años y vestido con una «galabiya» (túnica tradicional), reconoce no saber nada de los 21 candidatos que concurren en esta circunscripción, que ni siquiera se han acercado al pueblo a hacer campaña.
Pese a ello, eligió a dos al azar, mientras que otro elector, Ahmed al Azab, votó por un general de la Policía que ya era candidato del régimen de Hosni Mubarak, depuesto tras la revolución de 2011.
Al Azab afirma que Al Edua es «diferente de cualquier otro pueblo»: «Aquí hay problemas -subraya- que impiden a la gente votar».