miércoles, 9 de septiembre de 2015
Klinsmman y Estados Unidos siguen sin despejar las dudas con su juego

Rubén Mantilla
Houston (EEUU), 9 sep (EFE).- La selección de Estados Unidos no despejó en los amistosos ante Perú y Brasil las dudas e interrogantes que ha generado su fútbol desde la Copa Oro.
La eliminación en semifinales ante Jamaica en el torneo más importarte de selecciones de la Concacaf dejó al descubierto las deficiencias que tiene el equipo de las Barras y las Estrellas, dirigido por el entrenador alemán Jurgen Klinsmann, que por segunda vez desde que se hizo cargo del equipo comienza a ser cuestionado.
El primer choque ante Perú, y a pesar de las ausencias de jugadores clave como el centrocampista Michael Bradley, y el delantero Clint Dempsey, permitió a Klinsmann coger algo de aire después que el equipo con el delantero Jozy Altidore, de vuelta, se reencontró con el gol y marcó los dos que le dieron la victoria por 2-1, tras remontar un parcial adverso de 0-1.
Cierto que Estados Unidos fue el que más propuso con su fútbol ofensivo, pero lo hizo ante un rival que apenas si buscó el gol y estuvo siempre más preocupado de defender, sin que pudiesen probar de verdad a la defensa local.
Klinsmann no tiene todavía muy claro quiénes pueden ser los cuatro defensas titulares que presente para el partido del próximo 10 de octubre cuando en el Rose Bowl, de Pasadena (California) se enfrente con México por el boleto de la Concacaf a la Copa Confederaciones de Rusia 2017.
Más dudas le han quedado por la manera como sufrieron ante Brasil, que a medio gas y con la inspiración de Neymar los goleó por 1-4.
Jugadores como Michael Orozco, Ventura Alvarado, Geoff Cameron, Tim Ream, Alejandro Bedoya y Danny Williams, fueron superados en todo momento por los atacantes de la Canarinha.
Tampoco en el ataque nadie tenía las ideas claras y Klinsmann intentó darle la oportunidad a jóvenes valores como Bobby Wood, Jordan Morris y Aron Johannsson, pero también dejaron dudas de la madurez futbolística que poseen de cara a partidos decisivos como será el de México.
Klinsmann es consciente de esa realidad y de ver cómo el equipo ha perdido la conexión entre líneas, con Bradley frente a Brasil más dedicado a hacer labores de defensa que encargado de manejar el balón y dirigir el ataque y sobre todo de controlar el centro del campo.
Todo lo anterior se ha convertido en un motivo de preocupación de cara al futuro inmediato de Estados Unidos, que ha pasado de ser un equipo que tenía una definición en el método de juego a quedarse sin el mismo o, al menos, a no tenerlo ya tan claro.
Klinsmann en la doble fecha FIFA intentó encontrar respuestas a todas esas dudas e interrogantes que han surgido dentro del equipo y por lo que pudo ver en el campo con los jugadores que llamó no sólo no las respondieron sino que las incrementaron.