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Discurso de Gabriel Boric
Antonio Martín Guirado
Toronto (Canadá), 14 jul (EFE).- La medalla de plata alcanzada hoy por el peruano Mauricio Fiol en la final de los 200 metros mariposa en los Panamericanos de Toronto 2015 probablemente nunca se hubiera producido si su madre no llega a meter al joven en una Academia siendo pequeño porque era «hiperactivo».
«Me encantaban los deportes acuáticos desde chico y mi mamá me metió en una Academia de natación porque era hiperactivo», confesó Fiol en la zona mixta tras recoger su metal. «Ella se dio cuenta de que llegaba cansado a casa y eso me fastidiaba, así que dijo: ¡Ese es tu deporte! Y ahí me quedé desde entonces», agregó entre risas.
El brasileño Leonardo de Deus le arrebató a Fiol el oro con un récord panamericano de 1.55.01 minutos. Fiol, que dominó con autoridad los 125 primeros metros de la piscina, se tuvo que conformar con la plata y un tiempo de 1.55.15 minutos.
El anterior récord panamericano lo ostentaba el también brasileño Kaio de Almeida desde los Juegos de Río 2007 con un tiempo de 1.55.45 minutos.
Fiol batió esa marca, pero no le resultó suficiente para alzarse a lo más alto del podio.
«¿Qué puedo decir? Estoy muy contento. Mi mejor marca era 1.58 y he bajado más de tres segundos, así que no puedo pedir más. Mejorar no es nada fácil y he mejorado increíble. Ahora puedo pensar en cosas mas grandes. Voy a entrenar un año para Río de Janeiro y a pensar en cosas grandes», manifestó.
El brasileño dio la sorpresa con un explosivo final que le permitió tocar el final de la piscina del Centro Acuático Panamericano 0,14 segundos antes que el peruano.
De Deus ya había sido oro en los 200 metros mariposa en los Panamericanos Guadalajara 2011, pero parecía que Fiol acudía a Toronto 2015 en mejores condiciones que el brasileño.
«Yo sabía que podía estar en las medallas. Apuntaba a bajar mi tiempo y hacer marca de olimpiada, que se dio por la mañana. Nadé muy confiado y se dio el resultado, gracias a Dios. Es una de las mejores marcas del mundo este año», valoró el de Lima, que salió del agua con la sensación de que había logrado «algo inesperado».
El nadador dedicó la medalla a toda la gente de Perú, a su familia y, en especial, a su abuelo, fallecido el año pasado.
«No me pudo ver hoy, pero siempre estará ahí. Es un ejemplo para mí. Vivir con él me llevó a donde estoy», declaró.