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Discurso de Gabriel Boric
Viena, 1 ene (EFE).- Los ciudadanos de Turquía celebraron anoche la llegada del Año Nuevo alejados de las plazas publicas por aparente miedo a posibles atentados terroristas.
Los canales de televisión turcos retransmitieron las celebraciones de la Noche Vieja desde las principales plazas de Estambul (Taksim) y Ankara (Kizilay), donde había menos gente incluso que en un día normal de la semana.
La policía turca había detenido el día 30 de diciembre a dos supuestos yihadistas con chalecos bomba listos para cometer un ataque en la capital.
La gente no salió a las calles pese a que el primer ministro turco, el islamista Amhet Davutoglu, prometiera que se habían tomado todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad ciudadana durante las celebraciones.
Otro factor que impulsó a muchos a quedarse en casa fue el clima, con fuertes nevadas e intenso frío en gran parte de Turquía.
Y mientras que el país celebraba la entrada del año 2016, las tensiones siguieron en el sureste de Turquía, con nuevos enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los guerrilleros del ilegal Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK).
Un policía murió abatido por supuestos rebeldes kurdos en la ciudad de Cizre, en la convulsionada provincia de Sirnak, mientras que otros cinco agentes resultaron heridos, informaron los medios de comunicación locales.